21 de enero de 2007

Como una aparición

La Guardia Civil se me ha manifestado, que suena a rollo aparición mariana: «Yo estaba allí y de repente ví una luz amarilla muy fuerte, me acerqué a la susodicha luz y ella me habló y me dijo "los papeles del coche"». Claro que, si lo pienso mejor, que se me manifieste la Benemérita suena más a tema aparición marciana: «Yo estaba allí y de repente vi a un humanoide verde, me acerqué al susodicho y él me hablo y me dijo "los papeles del coche". A mi una vez me pararon «ellos». Había tomado unos culetes (de sidra), me dirigía a casa y llevaba una «L» en la parte trasera del vehículo como un templo de grande. «Esto es un control de alcoholemia, señora», me dice el humanoide. «Señorita, si no le importa», le respondí yo para comprobar si lograba ganarme al picoleto en cuestión. «Ha bebido usted algo, señorita», inquirió el apuesto agente sin el menor rictus de haberse dado por aludido con mi cortejo. «Vamos a llevarnos bien», pensé para mis adentros y en voz alta dije: «Por supuesto que no, señor agente». «Señorito, si no le importa», me respondió sonriendo, el muy truhán. No me hizo «de soplar» y aunque pretendió continuar la conversación yo me marché. Una además de tener sus encantos a flor de piel –tal y como quedó más que demostrado– también tiene unos padres rojeras que nunca me habrían permitido llegar a casa con un buenemérito. Un fotógrafo todavía, pero un guardia civil, por mucho que se manifiesta puño en alto, ni de coña.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cualquier día en las iglesias colgarán Cristos con tatuajes y las vírgenes enseñarán sus ombligos adornados con un piercing. Se están pasando a nuestro bando...

Anónimo dijo...

...que para eso es el bueno