No me apetece dejar de fumar, ni ir al gimnasio, ni aprender inglés. Ando, lo que se dice, bastante escasa de propósitos para el nuevo año. Así que voy a enarbolar la excusa que pone todo el mundo en estos tiempos: “Estamos en crisis”. Ésta es la primera vez en mi vida que soy consciente de una recesión económica. Dicen que hubo otra allá por los noventa, y no seré yo la que diga que es mentira, pero qué queréis, hace dieciocho años bastante tenía con saber si por la tarde íba a jugar al escondite o tendría que sacar mi instinto femenino a pasear para hacer de “madre” con los cuatro muñecos de mi hermana. (Al final hacía un mix y escondía los muñecos para que ella los buscara, pero esa historia de mis miserias personales e infantiles no la voy a contar ahora).
El caso es que, y desde aquí os lo hago saber, ahora tenemos la disculpa perfecta para evadirnos de problemas, marrones y compromisos que, en estas fechas, abundan. Que si hay que tomar un culete con la gente del curro, que si hay que ir de cena con los colegas del churri, que si hoy comes con la suegra para mañana, en un momentín que saques, puedas visitar a tus tíos. Un no parar. Madre mía, ¡qué nivel de relaciones sociales tengo!. Parezco la Ministra de Defensa. Menos mal que ahora siempre puedo decir: “¿Cenar?. Uf, ¡qué va!, es que con esto de la crisis….etcétera (ahí ya te montas tú una historia que no te lo voy a dar todo hecho).
Para “red de contactos”, más allá de Navidades, el Facebook. En este portal de internet (en realidad no se si es portal u otra cosa virtual pero me gusta decir “portal de internet), tengo 250 amigos. No me preguntéis cómo llegué a ellos porque, confieso, que no tengo ni repajolera idea. Mi lista de colegas “facebookeros” se puede dividir en cuatro subgrupos: “Amigos de verdad”, “Conocidos de la Facultad”, “Gente del mundillo” y “Ni flauer”. Puedo entrar en la vida de todos y cada uno de los 250 amigos. Así como lo cuento. Fotos, historia personal, grupos a los que pertenece. Es como una revista del corazón personal. Por poner un ejemplo. Resulta que te “añade” como amigo un compañero de los tiempos universitarios. Tú, con lógica cotilla, confirmas que eres su amigo aunque, en su día, te cayera como el culo. Entras en su página e inicias la investigación. Lo primero, por supuesto, las fotos. Y entonces empieza el espectáculo: “Puf….¡cómo engordó! y se está quedando calvo…”. Con malicia de la de verdad te ríes por dentro y le mandas un mensaje hipócrita del tipo: “Me alegro de encontrarte en el facebook. ¿Qué tal te va la vida?. Ya veo que muy bien. Un saludo, nos hablamos”. Aunque en realidad estás pensando: ¿Qué chavalín, dónde se quedó el pelazo que lucías en la facultad?. Lo tuyo si que ye una crisis”.
28 de diciembre de 2008
De crisis, navidades, facebooks y otras farturas
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2 comentarios:
Jajajajajajajaja
Cierto es, un gran porcentaje de gente del Facebook estará ahí pa subir el número de amigos pero nunca sabrás nada más de ellos...
A las redes sociales las cargó el demonio, y en época de crisis y paro, si no hay nada mejor que hacer, las cargó el demonio en un día de muy mala leche.
Feliz Navidad!!
Tienes toda la razon del mundo....pero....aun asi.... no te creas nada,de como ves a esa gente, (amigos de la infancia,de instituto,de facultad,del verano) yo estoy convencida que eso forma parte de la retina de los ojos, y te digo mi por que,la otra parte se esta didiendo pa si misma, MADRE MIA LO QUE ERA ESTA CHAVALA Y EN LO QUE QUEDO.... o no?.....
conclusion..... solo puede ser un ojo engañador quien nos ve asi,por que nosotras/os estamos divinas/os (eso mismo piensan ellos)jajajajajjajaja mil besos
P.D Soy tu tia, esto no me deja ni identifcame "madre mia en lo que quede"
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