Suena el teléfono.
Es mi amiga Cleta (que le debe su nombre a una hermana mayor amante de
los libros de Teo y algo cabrona, a mi humilde entender). Cleta no
dice ni hola, ella es así:
-"El Papa es
muy listo, tia" -me deja la frase en el aire.
-¿Belarmino?, ¡No
me digas que tu padre sacó la carrera antes que tú, tía, que te
mato!".
-¿Pero qué dices
de Belarmino ni de Belarmina, faltosa? El Papa de Roma que es
listísimo. ¿Viste lo que dice ahora de los homosexuales? Que si
ellos buscan a dios que él no es nadie para juzgarlos.
¡Tócateloscojones!. ¡Ahora!. Cada vez tengo más claro que esto es una
conspiración...
-¿Judeo-masónica-comunista-internacional?
-No, una
conspiración de la Coca-Cola. Mira, está más claro que el agua. Al
Papa Francisco no lo pusieron los cardenales de Roma. Lo puso la Coca
Cola. Es más, creo que en cualquier momento va a empezar a dar
homilías papales diciendo que el catolicismo es "para los
altos, para los bajos, para los negros, para los blancos, para los
gayers" y un largo etcétera de "paras" y se quedará
más ancho que largo.
-¡Estás como una cabra!.
-No, como una cabra
no. ¿Te acuerdas de aquel novio argentino que me eché cuando curré
en Port Aventura?
-¡Para no
acordarse! ¡Te teñiste el pelo de verde porque te dijo que eras su
musa "llegada del norte y nacida entre árboles!" (risas)
-¡Qué dañina
eres!
-¿Fue así o no fue
así?
-Sí, sí...tal
cual. Pero lo decía tan de aquella manera que la verdad, chica, en
su momento me pareció como lo más normal del mundo. Pero, déjate
de rollos, que me lías. Que te digo yo que el Papa este medio
argentino medio italiano lo puso la Coca Cola y nos vende la moto de
Jesucristo siete veces. ¡Que es muy listo y argentino, tía!
-Bueno, ¿y a tí
qué más te dará?
-¡Bah, yo qué
sé!...(silencio sepulcral). No si mirándolo así, dar me da
exactamente lo mismo, la verdad. En fin...
-Venga anda, que
estoy trabajando. Tienes más palique...
-¿Oye?
-¿Quéééé?
-Qué Belarmino
aprobó todas en julio, guapa. ¡Toy hundida!