28 de septiembre de 2011

Te lo digo en "serie"


Hay gente que se dedica a subtitular los capítulos de las series de televisión americanas o inglesas para que otra gente lo pueda disfrutar en castellano tan solo unas horas después de su estreno (En EEUU o en Inglaterra). Este hecho me tiene fascinada, hasta el punto de que mis amigos ya me miran raro cuando empiezo una conversación diciendo: “¿No es flipante lo de la gente que subtitula?”. Los “subtituladores” de series lo hacen de forma altruista anónima y eso, a qué negarlo, en pleno siglo XXI es muy raro. Pero claro, en este país los programadores de televisión nos empujan a seguir las series por internet ya que intentar hacerlo por los cauces normales (las cadenas de tv) es en España tan difícil como cogerle cariño a Yahel, el niño peliteñido del Cola Cao. De ahí a que las plataformas para ver o descargar los seriales, vía internet, sean imprescindibles y la única vía de ver televisión para los amantes de los seriales solo hay un paso.
La red de redes, y sobretodo sus usuarios, desmuestran todos los días que los políticos ( y sus leyes) y los responsables televisivos ( y su programación) van tan a su bola que o son unos atrasados o se creen que la ciudadanía para la que trabajan es tonta. No descartéis ninguna de las dos opciones. El tema es que, o se espabilan, o acabarán muriendo en su propio fango de cambios de horario y despropósitos. Después se quejarán, pero que no sea porque no los avisamos.
Las series nos gustan. No más que las películas, sino de forma distinta. Las series nos gustan porque son un ejercicio de fidelidad a unos personajes, a una trama y, a veces, incluso también a una manera de entender la vida. En Estados Unidos hace tiempo que se dieron cuenta que el filón de los seriales es de oro macizo y puro y por eso respetan este arte televisivo hasta el punto de que los mejores directores, productores y actores han sucumbido a los encantos de la pequeña pantalla. Los norteamericanos, tan "rarinos" para algunas cosas de su vida cotidiana, nos han conquistado con la "ficción televisiva". Nos han enseñado, edulcorado, descrito, sacralizado, maldecido, cantado y dibujado su sistema sanitario, su sistema judicial, su sistema educativo, su orden familiar y hasta puede que se hayan pasado de fantásticos porque yo fui a EEUU y no vi ningún vampiro. Todo así, la maestría con la que cuentan la mayoría de las historias hace que conozcamos más de sus modos de vida que de el nuestro propio. Claro que los responsables de la mayoría de series españolas tampoco es que se hayan matado para que elijamos el producto patrio frente al anglosajón. Ahí de momento nos tienen la partida ganada. Y seguirá siendo así, sobretodo mientras sigan existiendo "subtituladores altruistas" que gastan su tiempo y su conocimiento de idiomas para que los demás disfrutemos. Si ellos no se merecen el Premio Príncipe de Asturias de lCooperación Internacional es que no se lo merece nadie (bueno, sí, tal vez los del Colacao se lo merezcan. Han puesto a todo el mundo de acuerdo para odiar a un niño).

31 de agosto de 2011

Manifiesto VRY


Somos personas normales y corrientes. Somos gente que se levanta por las mañanas en julio y agosto y pretende, ¡bah!, ver el sol por eso de que es verano.
A unos nos gusta la playa, a otros la montaña, a otros nada. Mire si seremos raros que algunos buscamos el sol en unas máquinas que te dejan medio ciego y un naranja de tono corporal que no es medio normal. No tenemos ideologías bien definidas, incluso los hay que ni les va ni les "nieve" y, más le digo, incluso los hay que dicen preferir que haga frío todo el año (los respetamos, no les hablamos y les hacemos el vacío social, pero los respetamos). Hemos de confesar que últimamente estamos preocupados por el panorama estival que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción del sol y el calor. Por la indefensión del ciudadano de a pie, sobretodo norteño, que sale un día en chanclas y pantalones cortos y vuelve a casa muerto de frío y tiritando.
Esta situación nos hace daño a todos diariamente, se han cogido más resfriados este verano que en todos los veranos de los ochenta (aunque en aquella época se sufría por otras cosas, tipo hombreras). Es hora de ponerse en movimiento, hora de construir entre todos un verano mejor, más solidario. Por ello sostenemos firmemente lo siguiente:

->Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad de horas de luz, el libre acceso a la hamaca, el bienestar y la felicidad de las personas que viene derivado de la posibilidad de hacer parrillas al aire libre.
->Existen unos derechos básicos estivales que deberían estar cubiertos: derecho a ir a la playa, al río, a la montaña, a una terraza, a las fiestas de práu, a caminar por la calle y derecho al consumo los bienes necesarios para una vida veraniega: Mojitos, chanclas, bañadores, flotadores (de los de plástico y de los de michelín),
->El actual funcionamiento de nuestro verano no atiende a la necesidad de muchos jóvenes de tener un "refresco y/o churri de verano". El número de morreos en maizales y demás tocamientos ha descendido a cifras sólo comparables con la época precolombina.
->El verano parte del pueblo (ver=mirar; ano=culo) así que el verano debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte del verano es utilizado únicamente por los que viven más abajo de Pajares, también conocidos como "subpajarianos" y eso no puede ser. La función del verano sería facilitar la participación ciudadana de los ciudadanos de TODO EL ESTADO ESPAÑOL en festejos al aire libre diurnos y nocturnos mediante mensajes directos como por ejemplo...¡qué se yo!, ¡ah, sí!, que haga sol y/o qué no llueva, y procurando el mayor beneficio para el grueso de la sociedad (que no es una persona entrada en carnes sino muchas de todo tipo)
->El ansia y acumulación de lluvias en unas zonas genera crispación e incluso violencia: Más de uno ha decidido tirar por la ventana las sombrillas, neveras, sandalias y hamacas con el consiguiente peligro para el peatón. El obsoleto y antinatural modelo estival vigente bloquea la maquinaria económica en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos (los chinos que se han hartado de vender "palaguas" a cinco euros y "chubasquelos" a uno) y sumiendo en la mala leche al resto. Hasta el colapso.

El colectivo Verano Real Ya (VRY) ha iniciado su andadura en las últimas semanas y ya se ha hermanado con otras plataformas: MFUV11 (Me falta un verano, el de 2011), VNESP (el Verano No Existe Son los Padres).

29 de junio de 2011

Si yo fuera


Tres de cada cuatro veces que voy a coger el ascensor me lo quita el vecino de abajo.
Si yo fuera Zapatero diría: "No pasa nada. Hay que ser optimistas. Hay que confiar en que el ascensor volverá a subir algún día. Además, no podemos olvidar que se puede estar peor, mira a los del portal de al lado, que llevan con el ascensor estropeado desde hace más de un año y no hay manera de que entre todos se aclaren con la derrama".
Si fuera Rajoy diría: "Esto es claramente una conjuración del vecino de abajo contra la democracia ascensoril. Como no se ponga freno pronto a la situación va a montarse un berenjenal de padre y muy señor mío. Exigimos de inmediato la dimisión del presidente de la Comunidad que no ha sabido acabar con este uso abusivo de los bienes comunes por parte de la vecina de abajo".
Si yo fuera Cayo Lara diría: "Si la ley del portal fuera justa y equitativa todos podríamos hacer un uso cívico del ascensor. El vecino de abajo, causante único e indiscutible de la crisis, debería sufrir las consecuencias más funestas ya que él y solo él, con la connivencia del presidente de la comunidad, es el responsable directo de la situación que, como siempre, pagan los más débiles, osease los del ático".
Si yo fuera Cascos diría: "En palabras de Jovellanos . Propongo un pacto a ocho bandas, tantas como puertas tiene nuestro edificio patrio, para crear una fundación que regule el uso futuro del ascensor. Eso sí, Pilar y Lorenzo, los del Primero, tienen que renunciar de antemano al uso del susodicho ascensor".
Pero yo, como soy una indignada, lo que he hecho es acampar en el ascensor. Así ya nadie me lo puede quitar.

31 de mayo de 2011

Indignados somos todos

Roberto. licenciado en periodismo. 28 años. Con conocimientos de inglés y francés. Hace dos años que hizo un máster de periodismo económico. Fue entonces cuando lo vio venir y sacó también el carnet de manipulador de alimentos. Trabaja de ayudante de cocina. Está sin contratar. Curra 14 horas al día y cobra 900 euros. Vive con su novia Inés.
Inés. Licenciada en derecho. 31 años. Número dos de su promoción en la Universidad de Oviedo. Su pasantía de dos años se han convertido en una "exclavitud" de siete. Tiene contrato eventual. Como "limpiadora" del despacho de sus jefes que hace cinco años que le prometen la categoría que le corresponde. Cobra 750 euros y, si el mes va bien, su jefa le da otros 150 que ella siempre ingresa en la cuenta de su hermano David.
David. Mecánico. 34 años. Hace cinco años que abrió un taller. Gastó varios miles de euros que ahora tiene que devolver al banco. La cosa va bien pero "muy poco a poco". Paga dos sueldos y, como no da para más, come todos los días en casa de su hermana, junto a su novio, Toni.
Toni. Ingeniero Industrial. 33 años. Está en el paro. Trabaja de voluntario en una asociación de ayuda a enfermos de Alzheimer. No cobra nada. Por ahora no le importa, su madre le da, para que vaya tirando, la pensión de 450 euros de su abuela Hortensia.
Hortensia. 82 años. Vive seis meses en casa de cada una de sus dos hijas. Está bien aunque la cadera ya le ha dado más de un susto. Toni es su ojito derecho. Fue ella la que le dijo a Carmen que le diera al chaval el dinero de la pensión. Rezó mucho cuando él les confesó que era "homosexual". Ahora ya le da igual. Quiere que sea feliz y que encuentre un trabajo estable, para hacer una familia junto a David y que tengan una casa guapa para que él la cuide. A Hortensia, que siempre fue de las que sufrió por el qué dirán, tampoco le molesta que su nieto haya acampado frente al Ayuntamiento -junto a la cafetería donde van todas sus amigas- para exigir un futuro mejor. Mañana irá a llevarle un túper de croquetas. Ella también quiere gritar que está indignada.

7 de mayo de 2011

Promesas

Llegado el periodo electoral, como cada cuatro años, no queda otra que salir a la calle a palpar las necesidades del pueblo para, desde esta humilde columna, hacérselas llegar a los políticos que a veces, de verdad, parece que no se enteran. Después de unos días recabando información por familia y vecindario. Dejando de lado aquello que puede esperar al menos un par de meses más, aquí expongo tres propuestas por si algún líder o lideresa tiene a bien incluirlas en sus promesas. Deben saber los susodichos mandatarios que, de hacer propias estas ideas que les cedo gratuítamente, ganarían al menos tres votos, que no está mal (yo en Octavo perdí las elecciones a Delegada por dos papeletas y fue una derrota humillante).

Mi vecino Justiniano -al que sus nietas llaman “Güelito Bieber”- vecino de Sama aunque con huerta en El Entrego pone sobre la mesa la idea de hacer una división equitativa de los fondos mineros de modo que a todos los ciudadanos de la Cuenca del Nalón “nos toque algo”. Parte del dinero se utilizaría para beneficio propio -“viajar a Ledesma, comprar un gallineru, tomar unes pintes”- y el resto debería destinarse a una obra para la comunidad: “Yo, por ejemplo, cambiaría los somieres del cierre de la huertina, que ta al lao del Museo de la Minería y estéticamente, de cara al turismo, nun ye lo meyor que ya me lo dijeron les mis nietes, que tan estudiando diseño”.

Mi primo Bruce (nombre ficticio) pide a lo políticos a que “pa alegra-y la vida a la xente” dejen, todo el año, las luces de Navidad en las calles y plazas de la comarca. Bruce asegura que el hecho de que él sea el dueño de la única empresa en 200 kilómetros a la redonda con capacidad para instalar y mantener esas luces de Navidad no tiene nada que ver con su propuesta, que es totalmente altruista.

Finalmente, Ana María, florista y amante de los perros, considera que en el “paseo del colesterol” debería haber “carril bici, carril peatonal, y carril canino” y explica que: “Bin Laden ya no está y a veces parece que el enemigu públicu número uno de Occidente ye el mi Trisky. Tengo que llevalu con correa y bozal como si tuviera en Guantánamo. No puede ser ¡Libertad!”.

Señores candidatos. Ustedes verán lo que hacen.

30 de marzo de 2011

Vamos a publicidad

Señores del Cola Cao, si quieren que odiemos a alguien, pongan a Gadafi a surfear, pero, por favor, no hagan que un niño rubio e inocente (canario para más señas) sea el blanco de los insultos de media España. Eso está mal.Hubo un tiempo en que la publicidad no sólo te enseñaba odio, también te mostraba grandes lecciones de la vida, como que "las cucarachas, nacen, se reproducen, mueren y desaparecen". Siempre estaré agradecido a aquel insecticida gracias al cual aprobé un exámen final y supercrucial en mi vida, de 4º de EGB.

Los anuncios de la tele también me ayudaron a recibir más de una lección de esas que dan las madres y que te dejan un escozor en la nuca para media tarde -popularmente denominadas collejas y/o pescozones-. Sobretodo cuando me dio por ir a kárate todas las tardes y todas las mañanas andaba por casa con la misma cantinela: "¿Y mi kimono? ¡Kia!". Yo soltaba una patada al aire y mi madre hacía lo propio con el antebrazo y mi nuca. Yo tenía cinturón amarillo y ella, sin saberlo, negro segundo dan. Duré seis meses en kárate. Al que no le hacían falta artes marciales era al "primo de Zumosol". Todos los grandullones de España tuvieron que aguantar la broma por culpa de unos señores que vendían algo que posiblemente fuera zumo de naranja pero que valía más no analizarlo por si acaso. Cuando había dudas sobre cualquier cosa del mundo (ya fuera la guerra de Irak -la primera-, el zumo de naranja o un gol fantasma del Logroñés) siempre aparecía una voz en el fondo de la habitación que decía "el algodón no engaña" . El asunto quedaba zanjado.

E irremediablemente llegaba el día en que tus amigas, en un arranque de originalidad sin límites, te llamaban por teléfono allá donde tu estuvieres para cantarte, al unísono: "¡Vuelve, a casa, vuelve, vuelve a tu hogar!". Que te apetecía quedarte y no volver pero después pensabas en el movimiento de muñeca al aire de tu madre y te amilanabas y volvías. El Almedro hizo mucho daño a las navidades de los jóvenes que estudiaban fuera, pero también la colonia Farala marcó a las chicas nuevas de la oficina y el tomate frito Apis destrozó, para siempre, la lengua castellana con sus "comidas guapis". Tal vez el niño-canario-surfero, al que sigo sin entenderle el nombre, sea ya para siempre el niño-canario-surfero-repelente del anuncio del Cola Cao. Pobre. Seguro que tiene que cambiar de colegio y todo. Bueno, él que busque, compare, y si encuentra algo mejor...

28 de febrero de 2011

Programación

El 24 de febrero de 2011 ha pasado a la historia de mi ático como el día en que conseguí finalizar la ronda por todos los canales de la TDT que había empezado a hacer en junio del año anterior. Siempre me quedaba frita entre las recetas de un tipo que cocina con estres en 22 minutos y unos señores que pescan cangrejos, peligrosamente, en Alaska. Pero esta vez no. Eso sí, cuando conseguí dar la vuelta a toda la programación, me encontré a Carlitos -el de “Cuentame”- haciendo la mili y a su hermana Inés de politoxicomana de la vida. Flipé.

La TDT ha llegado a nuestras vidas para aportarnos cosas muy interesantes como la posibilidad de ver, en siete canales distintos, a los forenses, médicos, abogados, policías, vampiros, zombies, familias desestructuradas (y amarillas); y jovenzuelos cantarines que tanto te gustan. La pega está en que nunca encontrarás un capítulo nuevo. Porque en España, queridos amigos, hay tres cosas que son imposibles de hacer: encontrar un trabajo decente y en el que no te intenten tangar; encontrar una compañía de teléfono decente y en la que no te intenten tangar y encontrar un canal de televisón en el que respeten la programación y no te intenten tangar con reposiciones.

¿Comparable? Pues muchos diréis que no, pero es lo que hay. Claro que si te pones a pensar, casi prefiero ver dos mil cuatrocientas cincuenta y cuatro veces el mismo capítulo de los Simpsons que ciertos programas en los que, apelando al interés general, se dedican a humillar, vilipendiar, agredir e insultar a quien se les ponga a tiro con una ausencia total y absoluta de escrúpulos y ética. Lo peor es que a eso le llaman “periodismo” y después tenemos que salir otros a la calle a echarnos a la espalda una profesión que, si me apuras, a veces da vergüenza.

6 de febrero de 2011

LO(ndon)OK



Fotos de Juan Plaza (juanplaza.blogspot.com)
Música de Belle and Sebastian

28 de enero de 2011

Sube y baja


Comprobado. Si dices tres veces el nombre de la ministra Sinde delante de un espejo, a medianoche, te entra un virus en el ordenador que no vuelves bajar ni a por el pan. Que digo yo, ya puestos a prohibir bajar cosas, estos del gobierno bien podían prohibir que bajara el Sporting nunca en la vida. Un decretazo y del Molinón a la Europa League (cuanto más me gustaba decir "Uefa"). Como poco. Pero no, eso ni se lo plantean. Ellos a lo suyo, a ponerle vallas a un campo virtual que les viene demasiado grande y que, mucho me temo, ni siquiera entienden.
Bajar y subir. Quién nos iba a decir nosotros en los felices años 2000, cuando (según parece) vivíamos tan bien que los euros se nos caían de los bolsillos, que esta época de crisis se iba a resumir en dos míseros verbos. Baja el empleo, sube el paro, se baja la música, se suben los impuestos, bajan las ventas, sube la edad de jubilación.
¡La jubilación! Esa gran entelequia de la que los treinteañeros de ahora hablaremos, en un futuro, a nuestros nietos. "Pues cuando yo era como vosotros había gente que llegaba a una edad y no trabajaba nunca más. Se iba al paseo del colesterol a andar de un lado para otro o se compraba un piso en Gijón para no hacer nada", les diremos con la mirada perdida en lontananza y los ojillos medio cerrados. A lo que ellos responderán: "¡Kitate pallá bieja, k aburres con tu historia antigua!". Y tú volverás a la carga porque ya tendrás una edad que te la sopla lo que digan los demás: "Y que sepas que cuando yo era como vosotros a los mayores les tratábamos de tú".

29 de diciembre de 2010

Cambios


"-En Reyes quiero un telescopio grande para ver qué pasó con Plutón". Tras la rotunda sentencia, la niña me miró con esos ojos de misterio que sólo los críos saben poner y yo, a qué negarlo, me acojoné. Tiré de Google para ver si realmente había pasado algo con Plutón y lo que encontré me desasosegó aún más. Resulta que esta entelequia, que recitábamos al final de la lista de planetas -"Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Santurno, Urano, Neptuno y Plutón", ya no está considerada como tal y ha desaparecido de las cantinelas escolares. Es como si, de repente, España ya no limitara "al norte con los Pirineos que hacen frontera con Francia". ¡Esta crisis está acabando con todo!, que diría un pesimista (llámalo pesimista, llámalo líder de la oposición). El universo ha cambiado tanto que los que hicimos la EGB estamos casi al mismo nivel que los que estudiaron en la Academia de Atenas junto a Platón. Somos unos desfasados. Claro que lo más moderno que veíamos en nuestros libros de texto era la Alemania unificada y ya flipábamos. Ahora ni siquiera tienen libros de texto y encima ni se acuerdan de los duros que costaba un "flash". "¿Cinco duros? ¿Eso cuánto es?", me dice un osado quinceañero el otro día.
Además del dinero y los libros, también han cambiado la tabla periódica y la ortografía del castellano. A las letras "ll" y "ch" les ha pasado como a Plutón, se han ido al limbo de los recuerdos infantiles y allí se quedarán para siempre. Lo de los cambios en la tabla periódica tiene que ver con modificaciones en el peso atómico de diez elementos. Si soy sincera esto me preocupa menos porque lo del peso atómico ni siquiera lo entendí en su día (creo que copié). En fin, que no quiero revolver mucho el tema de la mutación que ha sufrido la sociedad, la ciencia e incluso la gramática, por miedo a que cualquier día nos den la vuelta a sacar el bachiller. Aunque lo mismo mandaba a algún político (llámalo político llámalo presidente del gobierno) a repasar matemáticas para ver si, por fin, los cambios empiezan a ser para mejor. ¡Feliz (y equilibrado) 2011!

David Villa, fin de año again


Una vez más en La Cuenca del Nalón despedimos el año con David Villa. Todo un crack al que sólo le tenemos palabras de agradecimiento por la paciencia y el cariño que siempre nos ha demostrado. Aquí el director (Fidel Fernandez San Miguel ) y servidora después de la sesión fotográfica y justo antes de la -mini-entrevista que podréis disfrutar en el próximo número del periódico. Y hasta aquí me dejan leer.

26 de diciembre de 2010

Feliz (y equilibrado) 2011


Amigos, compañeros, conocidos, familiares y demás entes humanoides cercanos a mi existencia: Ya sólo quedan unos días para finiquitar el 2010. Ha costado más de lo que nos imaginábamos pero hemos podido con él. Así que ya que estamos, vamos a encarar con fuerza el 2011. Con el cuento, ya le vamos cogiendo el tranquillo a esto de las vacas flacas. A poco que le echemos humor al asunto seguro que un día de estos vuelven a engordar. Salud, risas y abrazos.

1 de diciembre de 2010

Jose el del Eloy

A Jose le gustaba sacar la sidra al sol por las mañanas para que estuviera en su mejor punto cuando se tuviera que servir a los parroquianos que no perdonaban un vermú. ¡Cuántas tardes de domingo y noches de verano nos pasamos en el Eloy! (Más otros episodios íntimos que ya os contaré otro día). En 2005 se cerró el Eloy, hoy nos despedimos del alma de esa sidrería de siempre, Jose. ¡Adios chigreru!

(Gracias a María Álvarez que me dotó de información, ya ella sabe)

29 de noviembre de 2010

Viejuna

"¡Míralas, míralas qué minifaldas llevan puestas!. ¿No tendrán frío?". La frase aún no ha salido de tu boca y ya sientes como, si de repente, te volvieras un poco más viejuna y se te cayeran veinte años encima. A estas alturas del año ocurre a menudo. Piensas: "Uno de diciembre ya, madre mía, se me pasó el año volando. Ya están aquí las Navidades" o "¡Madre mía son las seis de la tarde y ya es de noche de todo!" o "¿Qué quieres qué aparato para Reyes? ¡Madre mía es que ya no saben qué inventar!" y, de repente, el incesante y basto universo se te echa encima en forma de arrugas, de canas o de bajones morales. Tendemos a creer que la solución pas por llamar a unos amigos y disfrutar de la noche, que sigue siendo joven. Desde aquí os lo digo. El remedio es peor que la enfermedad porque el grado de peligrosidad e incidencia de la resaca en tu cuerpo ha llegado, en estos momentos de tu vida, a un punto de no retorno que te lleva a otra frase viejuna: "¡Pero si yo antes aguantaba....!"
Total, que a ti te da igual porque, ¡qué narices!, si hasta los expertos dicen que ahora los treinta son los nuevos veinte y entonces es viernes y sales y cenas con sidra, y te tomas un chupito, dos cervezas y, como al final siempre se tercia también te tomas una copa, una. Y es después de todo ello cuando llega la prueba irrefutable de que eres una viejuna porque no recuperas hasta el martes y siempre con la inestimable colaboración del ibuprofeno.
Con todo lo peor no son las consecuencias físicas. Lo peor es cuando, el lunes por la tarde, empiezas a recordar vagamente qué ocurrió a partir de las cuatro de la mañana del viernes anterior y te das cuenta la chapa que le diste a un grupo de jovenzuelas que bailaban despreocupadas y a las que, desde la otra esquina de bar, les gritaste: "¡Tapaos los riñones, que vais a coger enfriamiento!".

28 de octubre de 2010

Noticias frescas


Cuando voy de viaje al extranjero encomiendo dos cosas a familia y amigos. Primera, que me rieguen las plantas y el roble de la terraza. (Sí, tengo un roble en una maceta, es una historia larga y otoñal); y segunda: que me mantengan informada de si ocurre algo importante en este nuestro país. Salvo algún apoyo logístico puntual en cierto viaje excesivamente largo, la verdad es que la flora de este nuestro piso se las ha tenido que apañar sola la mayoría de las ocasiones. A fuerza de sufrir tardes estivales (cuando no semanas) de sequía, sin una regadera solidaria que viniera a calmar la sed, nuestra vegetación, y especialmente el roble, se han convertido en organismos de una especie superior a la media. Al roble no se le caen las hojas desde hace tres otoños. No saben en la NASA todo lo que ocurre en esta nuestra terraza.
En la NASA no, pero cerca, me encontraba hace ahora un año cuando mi progenitora decidió que había ocurrido algo lo suficientemente importante en España como para informarme del hecho. Llevaba seis días sin saber de mi madre, ni ella de mi, cuando me sonó un mensaje en el móvil que procedo a transcribir: "El Sporting empató contra el Madrid. En el Molinón. Besos". Ese es el tipo de mensajes que me gusta recibir cuando estoy en el extranjero. Información de primera mano, de primera plana y a poder ser positiva.
Por eso yo, cuando tengo algún amigo o familiar de viaje también aporto mi granito de arena al desconocimiento que tiene el viajero de lo que ocurre en esta nuestra madre patria porque está fuera de ella. Los últimos sms que envié fuera de las fronteras españolas datan de hace tan solo unas horas y decían así: "ZP nombró ministra de Asuntos Exteriores a Trini. Ten cuidao" y "El Alcalde de Valladolid llamó morritos a Pajín (q x cierto ye ministra de Sanidad). Ten cuidao". Ya sé, ya. De mano parece que estar de retiro espiritual en Nepal y recibir semejante información daña el karma. Pero nada más lejos de la realidad. Mi amiga, la receptora de los susodichos mensajes, me confesó que gracias a ellos se convirtió, por una mañana, en la reina de la información en tierras nepalíes, una especie de Ana Rosa Quintana del sentimiento "ommm" que, por ciento, me respondió con otro sms que decía: "Gracias, pero ¿cómo quedó el Sporting?".

30 de septiembre de 2010

Maestros


Veinte años después sigo creyendo que Don Antonio, mi maestro entre tercero y quinto de Primaria, es la persona con la que he coincidido en la vida que más sabe de todo el Universo. Como después de que él me diera clase cambié de colegio y nunca más volví a verlo, tampoco me dio tiempo a que se me cayera el mito. Lo tengo en mi propio pedestal ochentero junto con "Verano Azul" y los bocadillos de chorizo de mis respectivas güelas.
A él fue al primero que le oí hablar de los grandes pintores y escritores. Era un auténtico fanático de Dalí y de Velázquez; y le encantaba "El Quijote" y la geografía -- "..el Miño nace en Fuente Miña, provincia de Lugo, pasa por Lugo, Orense y Tuy y desemboca en La Guardia. Su afluente más importante es el Sil por la izquierda"--. Don Antonio tenía una letra preciosa y una libreta roja (tal vez negra) en la que guardaba operaciones matemáticas de todo signo que, de cuando en vez, nos dictaba. Por no hablar de su puntería. Escondía en el primer cajón de su mesa grande y verde una goma de borrar del tamaño de Wisconsin que al mínimo despiste acababa encañonada en tu frente. Nunca llegó a lanzármela a mi pero sí pude asistir al magnifico ritual de ver como algún compañero hacía esfuerzos inútiles por esquivar el misil que se movía como el balón "jabulani". Imposible.
Don Antonio Gallardo Otero --que así firmaba las notas-- era de Vivero (Lugo) y, pese a que llevaba décadas en El Entrego, ejercía un galleguismo tal que, de ser en la actualidad, lo hubieran tachado de fundamentalista: "El río Eo no tiene ni una gota, ni una gota de agua asturiana", solía repetirnos. Yo le creía entonces y, por si acaso, le sigo creyendo ahora. Era el mejor maestro. Debió jubilarse al poco de darnos clase, porque ya era bastante mayor, o al menos a mi me lo parecía.
No sé qué será de Don Antonio pero al ver que hoy (30 de septiembre) era el Día del Maestro me acordé de él y de tantos otros que me enseñaron las primeras cosas que supe en la vida. A todos ellos: Muchas gracias.

31 de agosto de 2010

Curro de Verano

En verano esto de estar en el mercado laboral no lo llevo con calma. Como fui la última en llegar al curro, también soy la última en elegir fecha para irme de vacaciones. Consecuencia: No las tengo hasta finales de septiembre. ¡Ay, mujer, pero de qué te quejas, si está todo más barato!. Si, efectivamente, está todo más barato y más arrasado. Vete tú, a finales de septiembre, a pedirle al camarero que te sirva el pescaíto frito con una sonrisa. El susodicho camarero tiene unas ganas de encarar noviembre que no ve, porque hace semanas que tiene pesadillas con niños sedientos, padres histéricos y adolescentes hormonados que aún no han acabado la ESO y porque él es el que realmente está frito. Muestro mi más absoluta solidaridad hacia el obrero del sector servicios porque yo también lo fui.
Durante mis veranos de universitaria trabajé en un hotel de turismo rural muy cuco, de estos que le encantan a los madrileños porque tiene de todo: monte, árboles, río, animales y hasta granjero con peto vaquero y camisa de cuadros. A la gente que venía de ciudad les encantaba. Llegaban en coche hasta la misma puerta del hotel como si fueran a encarar una travesía por el Amazonas y/o el Sahara: Pantalones de diez bolsillos, chaleco de diez bolsillos y chirucas. Ése era el uniforme para después pasarse tres de las siete tardes en el hotel durmiendo, otra en Llanes, otra en Potes, otra en la playa y la última en el autobús que sube a los Lagos. Las chirucas volvían impecables a Madrid. Claro que, la verdad, peor era cuando se veían con todo el vestuario encima y querían parecerse a Indiana Jones. Entonces les daba por ir al monte a caminar para, por último, perderse. La historia siempre era la misma: "Vamos a ir a dar un paseíllo por las montañas", decían. A lo que el dueño del hotel respondía: "Está bien, vayan por esa senda, no se desvíen, no coman nada que vean en el suelo, lleven una chaqueta y el teléfono. Los animales son de verdad, es decir, muerden, arañan y bufan. Si tienen cuernos son vacas, no toros de lidia, así que absténganse de hacerse los toreros. Por último, den la vuelta cuando vean que empieza a atardecer". Los excursionistas solían mirar al hotelero con una mezcla de indignación --"¡este se cree que somos tontos!"--y emoción --"¡hay vacas! ¿se dejarán torear?--. No fallaba. Cuatro horas después sonaba el teléfono: "Oye, ¿es el hotel?. Mira soy Isabel, la madrileña de la habitación siete, es que nos hemos perdido porque vimos un camino muy mono y nos desviamos, el niño comió una especie de bayas que se encontró y le sentaron mal, a mi marido le dio un revolcón un toro salvaje y le picó algo cuando cortaba unas ramas para hacer una cabaña salvadora porque nos olvidamos las chaquetas y la verdad, ya es de noche del todo, hace frío. ¿Qué hacemos?. ¡Ah! y respóndeme rápido que se me está acabando la batería".

29 de julio de 2010

Lugares

Nunca pensé que pudiera existir alguien natural de Pernanbuco. Lo digo en serio. Yo oía a las viejas decir "está en Pernanbuco" y pensaba que se lo habían inventado y que como sonaba tan bien, pues que lo repetían. Lo mismo me pasaba con Úbeda (irse por los cerros de...) y Pinto y Valdemoro (estar entre...) . Más tarde fui conociendo mundo y me di cuenta de que los lugares no sólo existen sino que además hay gente que nace en ellos y es maravillosa. Vaudí es un músico brasileño que nació en Pernanbuco. En las últimas fiestas de Santiago en Sama vino al Rincón Cubano de Les Filanderes a tocar con su grupo "Bossa Nossa". De paso, con su voz suave y su perenne sonrisa consiguió hacernos la noche del viernes festivo más melódica, menos triste. A mi me encanta Vaudí, y me encanta porque ni siquiera dejó de sonreir cuando me acerqué a él para decirle, previa ingesta de un par de mojitos: "Sí, sí, sí...los brasileiros bailáis y cantáis muy bien, pero no tenéis ni puñetera idea de jugar a fútbol".
Una gana un Mundial de Fútbol y se crece frente al mismísimo Pelé. Es lo que tiene. Y ya no digo nada si casi dos semanas después viene un chico natural de Pinto, ahí al ladito de Valdemoro, y se pasa otro Tour por el Arco del Triunfo. Con deciros que tengo las vacaciones pagadas en Cádiz y me apetece anularlas para ir por Europa en plan vacileo os lo digo todo.
Vacaciones. He dicho la palabra prohibida. Me la tengo prohibida en plan eventual, no como lo de los toros en Cataluña. A esta menda le toca pringar hasta finales de septiembre. Currar todos los santos veranos desde hace diez años acaba creando sobre la piel una pátina de misterio blanquecina, como de ver poco el sol tipo Iniesta, que hasta los vecinos me miran mal. Los que nos quedamos aquí tenemos algunos beneficios: Aparcar mejor y no tener que esperar mucho para cenar en cualquier lado son dos claros ejemplos, pero después está el tema ocio musical que puedes disfrutar casi sin moverte de casa. Mi concierto del verano ha sido el de Joaquín Sabina en Gijón. Sé qué muchos estaréis pensando: "¿Joaquín Sabina?, pero si ese tío es tonto, porque bla, bla, bla, bla, bla". Podéis decir lo que os queráis, sois libres. Me trae al pairo lo que penséis. A mi Sabina me gusta desde que tengo uso de razón y no voy a renegar de ello. Me da igual como sea Sabina, no voy a ir a cenar con él, ni siquiera me tiene en su grupo de amigos de Facebook (¿por qué será?). Además, es de Úbeda.

29 de junio de 2010

Donde hay Mundial que se quite lo demás...



Una sabe bien que se está disputando una competición deportiva de altura porque todo el mundo habla del tema con aparente nivel de conocimiento. Fernando Alonso corre una carrera de Fórmula 1 en el circuito de Monza, y muchos, que hace tan solo seis años ni siquiera sabíamos que existía la Fórmula 1, nos vemos en la necesidad imperiosa de opinar sobre lo malos que son los mecánicos de Lotus que no dan una, lo bien que se saltó la "chican" un tal Kúbica o si el fallo de los Toro Rosso estuvo en que eligieron neumáticos blandos en vez de duros. "¡Neumáticos blandos! ¿Pero de qué van?", digo, osada de mi, a voz en grito en el bar de turno cuando, he de confesar, no tengo ni idea de cuál es la diferencia entre ambos y tengo a mi Clio con los mismos desde que Alonso corría en Minardi que ya me dió el toque hasta el tipo de la ITV. Hablar de la Fórmula 1, tal y como yo lo hago, es lo mismo que hablar del tiempo lo que pasa que todo suena como más importante. No es lo mismo encontrarte al vecino en el ascensor y decir: "¡Vaya calorón! que toparte al susodicho vecino y plantarle: "¿A ti paezte normal lo de Hamilton? Home, pasose el "safeticar" por donde yo te diga". No es lo mismo, suena mejor.
Temporada a temporada vamos perfeccionando el vocabulario hasta convertirnos en auténticos cherif del comentario automovilístico. Claro que después te llega un Mundial de Fútbol y que queréis que os diga, yo me olvido de todo lo que va sobre cuatro ruedas. El tema es que tengo que hacer sitio en la cabeza para todo lo que conlleva una Copa del Mundo: los cruces de los equipos, las alineaciones, los días y horarios de los partidos, las cuentas de la liguilla previa, el pelazo rubio de Piqué, los taconazos de Maradona desde el banquillo --entiéndase taconazos como toque de balón no como prenda de vestir--, la cantada del portero inglés, Sara Carbonero y su churri bajo la portería, las vuvuzelas, los octavos, las pifias arbitrales, la selección de Japón, la alineación indebida, los recuerdos, los chistes de que Ghana gana, los triunfos...Y claro, cualquiera se acuerda de que, si no hay Mundial, nos pasamos los domingos viendo coches dar vueltas sin sentido y encima, con neumáticos blandos.

29 de mayo de 2010

¿Engordaste?



-"¿Engordaste algo, eh?"
-"Sí, señora, engordé y usted tiene unas arrugas sospechosas junto a los ojos".
No se puede, porque no se puede, pero cuantas veces te apetece responder de estas trazas cuando se acerca una vecina, conocida o ciudadana de a pie para poner en cuarentena la dieta que, de cuando en vez, tienes a bien seguir en tu cabeza (más que en estómago). Yo tengo preparadas en cartera un par de respuestas que no dejan indiferente a nadie. Depende de como me encuentre digo una u otra. La opción que más me gusta es: "Es que estoy embarazada de cinco meses, pero no le diga nada a mi madre que aún no lo sabe. Es una sorpresa". Quedan con una palidez extrema. A mi madre la tengo advertida, que a más de una le faltó tiempo para tras el "no, no, no, no te preocupes", marcar el teléfono de mi progenitora y chafarme la "exclusiva".
El caso es que el otro día, con la visita de la Princesa de Asturias a El Entrego, me di cuenta que a las señoras en general el tema de la gordura las trae por la calle de la amargura (pareado): "Tas muy guapina Leti, pero tienes que engordar un poco, fía, que tas esmirriaduca, como un xilguerín", "Ay, mio nena, has de comer más, que tas en chasis", "Madre, fia, tas igual que el espíritu de la golosina". Tras media doce más de frases por el estilo, me identifiqué con ella (pero al revés) y decidí solidarizarme con la susodicha Princesa. Que como dice una amiga mía, "son altezas, pero son personas".
Más allá de que forme parte de la realeza o no, que el tema Monarquía ya lo tocaremos en otra columna, lo cierto es que ella es una mujer a la que, como al resto, le debe fastidiar bastante que su peso sea objeto de conversación allá donde vaya. Con el añadido de que, además, forma parte del grupo de gente conocida que sale en los medios de comunicación a menudo, y tiene que aguantar ya no sólo a la vecina de turno sino a buena parte del pueblo español. Yo supongo que pondrá antena tierra y pasará del tema para no cogerse un ardor de estómago. Porque si a mi, una sola señora que afirma ante mi careto que engordé ya me pone de mala leche para toda la semana. No quiero pensar lo que tiene que ser escuchar a hordas de señoras llamarte "xilguerín".