12 de abril de 2013
Las sobras
-Perdona una cosa... ¿Por qué metes en bolsas la fruta antes de tirarla al contenedor? -preguntó un tipo vestido con corbata.
-Para que no ensucie el cubo que después huele-respondió la frutera sin mirar para él y mientras reponía el estante con manzanas "golden".
El hombre hizo un gesto extraño, como de aceptación del argumento, y se fue. Ella se dio la vuelta hacia mi, que en esos momentos luchaba internamente para intentar recordar el puñetero número de tecla de los melocotones.
-Es mentira. No las meto en bolsas para que no se ensucie el cubo. Las meto en bolsas porque me he dado cuenta de que cuando cerramos vienen varias personas a revolver en los contenedores donde tiramos la fruta pocha, que ni está pocha ni nada, pero no se puede vender. Y estos hijos de puta -aseguró indicando hacia el hombre que ahora parecía reñir a una cajera- no nos dejan que demos la fruta, prefieren destruirla y quemarla antes de que la coja alguien que la necesite...
La mujer se quedó mirando al hombre de la corbata, me echó una sonrisa muy triste, recogió la caja vacía y se perdió entre las cortinas de la trastienda. Ya no pude recordar la tecla de los melocotones, con bolsa y todo los tiré al contenedor y me fui de allí...
(Sucedió en un supermercado Lupa el 6 de abril de 2013 en Peñafiel, provincia de Valladolid)
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