
Me enfrento a mi último día en tierras españolas, antes de mi marcha a Guatemala, con una mezcla de sentimientos contrarios, contradictorios, alguno amargo, alguno fantástico, alguno conocido, otro (hermoso) naciendo a marchas no tanto forzadas como naturales. Apenas 38 horas me separan del viaje en avión, la cuenta atrás comenzará cuando el nerviosismo me pueda. Os iré contando...Besin