29 de octubre de 2013

...y después


Hace 15 meses, como lo es hoy, la montaña leonesa era mina y los mineros poco más que bandoleros con privilegios a sueldo de una banda terrorista. No lo digo yo. Lo decían las portadas de los periódicos durante las huelgas mineras del verano de 2012. Esas mismas portadas que hoy, y seguro que lo harán todavía mañana, destacan con estridencias el dolor de la familia minera y muestran los llantos de paisanonos grandes como robles que no pueden contener las lágrimas porque, la verdad, es muy difícil contenerlas cuando lo que lloras son compañeros, amigos. ¡Ay pobres, los mineros, es tan duro el trabajo!, dicen las portadas de los periódicos. Los periodistas -de caleya, de asfalto, de alfombra roja, de pasillo y de despacho- aún aguantaremos un par de días más a la puerta del Pozu Emilio del Valle (aunque el tema pasará a páginas interiores). Después nos marcháremos. Y un poco después los 200 (menos 6) trabajadores del Grupo Tablizo volverán a bajar a la fatídica séptima planta a arrancar carbón. Y no descartéis que después, dentro de otros 15 meses, los mineros de la montaña leonesa tengan que volver a salir a cortar carreteras, a llevar sus protestas hasta Madrid y a ser considerados, de nuevo, bandoleros con privilegios, sanguinarios y violentos. Porque las portadas de los periódicos olvidarán el dolor minero casi tan rápido como los mineros tendrán que apretar los dientes y olvidar el miedo que da volver a bajar a la planta séptima.