30 de julio de 2013

Publicidad "sublipapal"


Suena el teléfono. Es mi amiga Cleta (que le debe su nombre a una hermana mayor amante de los libros de Teo y algo cabrona, a mi humilde entender). Cleta no dice ni hola, ella es así:
-"El Papa es muy listo, tia" -me deja la frase en el aire.
-¿Belarmino?, ¡No me digas que tu padre sacó la carrera antes que tú, tía, que te mato!".
-¿Pero qué dices de Belarmino ni de Belarmina, faltosa? El Papa de Roma que es listísimo. ¿Viste lo que dice ahora de los homosexuales? Que si ellos buscan a dios que él no es nadie para juzgarlos. ¡Tócateloscojones!. ¡Ahora!. Cada vez tengo más claro que esto es una conspiración...
-¿Judeo-masónica-comunista-internacional?
-No, una conspiración de la Coca-Cola. Mira, está más claro que el agua. Al Papa Francisco no lo pusieron los cardenales de Roma. Lo puso la Coca Cola. Es más, creo que en cualquier momento va a empezar a dar homilías papales diciendo que el catolicismo es "para los altos, para los bajos, para los negros, para los blancos, para los gayers" y un largo etcétera de "paras" y se quedará más ancho que largo.
-¡Estás como una cabra!.
-No, como una cabra no. ¿Te acuerdas de aquel novio argentino que me eché cuando curré en Port Aventura?
-¡Para no acordarse! ¡Te teñiste el pelo de verde porque te dijo que eras su musa "llegada del norte y nacida entre árboles!" (risas)
-¡Qué dañina eres!
-¿Fue así o no fue así?
-Sí, sí...tal cual. Pero lo decía tan de aquella manera que la verdad, chica, en su momento me pareció como lo más normal del mundo. Pero, déjate de rollos, que me lías. Que te digo yo que el Papa este medio argentino medio italiano lo puso la Coca Cola y nos vende la moto de Jesucristo siete veces. ¡Que es muy listo y argentino, tía!
-Bueno, ¿y a tí qué más te dará?
-¡Bah, yo qué sé!...(silencio sepulcral). No si mirándolo así, dar me da exactamente lo mismo, la verdad. En fin...
-Venga anda, que estoy trabajando. Tienes más palique...
-¿Oye?
-¿Quéééé?
-Qué Belarmino aprobó todas en julio, guapa. ¡Toy hundida!

2 de julio de 2013

Apúrala

    De la que te pones a bajar la Faya los Llobos hay dos curvas (bueno, ya sabéis, quien dice dos dice siete millones). El caso es que hay dos curvas en concreto que tienen sendas pintadas fantásticas. A saber: "Apúrala Marcelino" y "Rosana ye temible". No sé quiénes son Marcelino y Rosana pero desde que el otro día leí las dos frases quiero conocerlos. Estoy convencida de que me iban a caer genial los dos, incluso Rosana que por mucho que digan seguro que su carácter no es para tanto.
Con las pintadas que llevan nombre propio soy de involucrarme muy rápidamente. Como García Márquez (ala, ya me vine arriba). Cuenta el escritor colombiano en uno de sus artículos periodísticos la desazón que le entró después de ver, día sí y día también, una declaración de amor pintada en una pared muy cerca de su casa. El artículo es de abril de 1982, se publicó en El País y empieza: "En un largo muro blanco, frente a mi casa de México, amaneció el viernes pasado un letrero enorme: Peggy, dame un beso. Está pintado con un soplete de tinta indeleble, de esos que se usan para la guerra política de las paredes, y se le nota el pulso tenso e intenso de los letreros clandestinos escritos con el alma en un hilo en el sigilo de la madrugada, mientras los cómplices vigilan las esquinas para dar el aviso oportuno". El escrito de García Márquez continuaba disertando sobre la actualidad de aquellos tempranos ochenta y también sobre sexo que, por poco tratado en las cuatro décadas precedentes, era un tema que llamaba la atención a los españoles ochenteros.
En Turón hace años que hay una pintada: "Cualquier díi t´atarazo". Esta declaración de intenciones, que al primer golpe de vista parece escrita en italiano, me tiene hablando sola desde que la vi. Apetece poner una respuesta debajo: "¿Topástelu?".
El artículo de García Márquez acababa suplicándole a Peggy que le diera un beso a su amor anónimo. Yo, por eso de que ya estoy envalentonada, voy a emular al Premio Nobel para decir: "Venga, Marcelino, tío, apurala".