2 de diciembre de 2013

Tu país a juicio

Sótano acabado, espacio abierto, cuarto de lavandería. Son conceptos que los españoles de bien nunca nos habíamos planteado. Han tenido que venir unos canadienses a explicárnoslos. Si a estas alturas del escrito no sabes a lo que me refiero y/o ni siquiera te importa, puedes dejarlo. Si se ha elevado a tu rostro una tímida sonrisa debes continuar porque sabes de lo que hablo y estás tan enganchado como yo a los espacios abiertos y los sótanos acabados. La cosa funciona así. (Y lo explico por si aún resiste alguien de los que no tienen ni idea de lo que hablo): Familia que reside en su hogar y por el motivo que sea (casi siempre falta de espacio) se ven obligados a hacer una reforma. El programa televisivo realiza la obra y a la vez le busca otra casa a la familia para que finalmente elijan si quieren quedarse a residir en su antigua casa o marchar a un emplazamiento nuevo en el que seguir cohabitando. El ejemplo más perfecto de esta tipología de programa se llama “Tu casa a juicio”. ¡Qué guapo todo!. Llamas a dos tíos, una te pone la casa patas arriba y te la adecenta y el otro te busca un nuevo hogar para que decidas. 
Lo fantástico sería poder trasladar esto a todo el país. “Tu país a juicio”.
Que por un lado viene un diseñador y le da un repasín a esta nación otrora llamada España en la que todos –o casi- cohabitamos como conciudadanos con derechos, deberes y ganas de farra. Y por el otro va un agente inmobiliario a buscarnos una alternativa por si lo que realmente queremos es cambiar de aires. Como se lo tenemos que poner fácil vamos a pensar en un requisito que debe cumplir cada uno de ellos para ganarnos para su causa (porque seamos sinceros, a estas alturas de la vida tampoco nos vamos a poner exquisitos con la lista de necesidades llevando tragado todo lo que llevamos). Total que:
-Imprescindible para quedarse en este país: Eliminar las cucarachas (que las hay).
-Imprescindible para marcharse: Que esté en el mismo barrio, que ya tamos hechos al clima.
Yo, de verdad os lo digo, no veo que la solución sea tan complicada.

3 de noviembre de 2013

Susto o susto



Susto o susto

No me asusta (ni me disgusta) que la gente celebre Halloween. No me asustan las calabazas ni los disfraces, ni que repitan, por enésima vez, "Pesadilla en Elm Street". Bueno, de hecho la película no me asusta de ninguna manera porque no la veo. Es que, aunque los sustos me asustan lo justito nunca me gustaron las películas de miedo ni las bromas que dan miedo. No por el miedo en sí, sino porque veo tonto pasarlo mal gratuitamente. 
En el apartado vital de "miedos" se puede decir que tengo "callo" para aguantar lo que me echen. Desde que éramos pequeños en mi familia se practicó lo que un psicólogo denominaría "Terapia de Choque" y que nosotros, mucho más del pueblo llano y mayormente sin estudios de psicología, definimos como "Si nun quies taza, taza y media". 
Que a ti te daba miedo el río porque no sabías nadar, pues ya se encargaban un par de primos de tirarte al agua de cabeza para que tu misma, con tus brazos y sin dramas -porque cuando en una casa hay muchos niños sólo es aceptable el drama si hay abundante sangre-, salieras del mencionado río por tu propio pie y te hicieras con ello una mujer de provecho. Que el río no, pero la oscuridad te ponía frenética porque veías en ella a todo un arsenal de monstruos y sombras acechándote para matarte, pues te quitaban la tontería a fuerza de que te encargaras tú, y solo tú, de ir a hacer todos los recados en los alrededores de la solitaria casa de tu abuela en plena noche y sin linterna que la cosa corría prisa y, claro, la linterna nunca está donde debe estar cuando se la necesita.
Superados los miedos al agua y a la noche, con la adolescencia llegó el interés por lo sobrenatural y el miedo a los espíritus y a las posesiones diabólicas como si ya no fuera bastante demonio la adolescencia en sí misma. Para esta época de la vida yo tuve un primo, mayor (aún lo sigo teniendo), que vivió unos años de tendencia tétrica y esotérica bastante importante. No es que nos creara callo al resto que veníamos detrás con sus esoterismos, es que nos convirtió en callos sin sensibilidad ninguna. Tan pronto le daba por invocar con la houija al fantasma de nuestro bisabuelo como nos decía que si contábamos las escaleras mientras las subíamos hacia la cama se nos aparecía la muerte y o bien nos mataba o bien nos decía como íbamos a morir, que para el caso, ojiplática te quedabas toda la noche porque claro, te lo ponen en bandeja y no te queda otra que contar escalones de la que subes. Que no lo haces queriendo pero tienes un subconsciente muy tétrico. Será genético. 
En total, con estos antecedentes: no me asusta Halloween ni sus consecuencias. 
Eso sí, denuncio públicamente que le tengo pavor a la charcutera cuando me dice, ¡un 31 de octubre!: "¡oyes, por si no te veo, felices fiestas!". Brrrrr.... (Respigu).

29 de octubre de 2013

...y después


Hace 15 meses, como lo es hoy, la montaña leonesa era mina y los mineros poco más que bandoleros con privilegios a sueldo de una banda terrorista. No lo digo yo. Lo decían las portadas de los periódicos durante las huelgas mineras del verano de 2012. Esas mismas portadas que hoy, y seguro que lo harán todavía mañana, destacan con estridencias el dolor de la familia minera y muestran los llantos de paisanonos grandes como robles que no pueden contener las lágrimas porque, la verdad, es muy difícil contenerlas cuando lo que lloras son compañeros, amigos. ¡Ay pobres, los mineros, es tan duro el trabajo!, dicen las portadas de los periódicos. Los periodistas -de caleya, de asfalto, de alfombra roja, de pasillo y de despacho- aún aguantaremos un par de días más a la puerta del Pozu Emilio del Valle (aunque el tema pasará a páginas interiores). Después nos marcháremos. Y un poco después los 200 (menos 6) trabajadores del Grupo Tablizo volverán a bajar a la fatídica séptima planta a arrancar carbón. Y no descartéis que después, dentro de otros 15 meses, los mineros de la montaña leonesa tengan que volver a salir a cortar carreteras, a llevar sus protestas hasta Madrid y a ser considerados, de nuevo, bandoleros con privilegios, sanguinarios y violentos. Porque las portadas de los periódicos olvidarán el dolor minero casi tan rápido como los mineros tendrán que apretar los dientes y olvidar el miedo que da volver a bajar a la planta séptima.

28 de septiembre de 2013

Las cosas buenas del otoño


Hay cosas buenas que llegan en otoño porque parece que el otoño se cansa de ser siempre la estación agria del calendario anual. Esa estación sibilina que llega siempre, ineludiblemente, cuando toca volver al colegio, al trabajo, a la rutina, a los atardeceres sin hamacas, a los días sin mucha luz. Las cosas buenas y otoñales compensan todo lo anterior (y mucho más).
Hace ocho años en un otoño sin meteorología (al menos yo no tengo recuerdo el tiempo que hacía) llegó a mi casa un encargo paternal: “Te va a llamar mi amigo Fidel que va a montar un periódico, y es para que colaboraes”. “Uf, ya está mi padre con sus chollos/marrones”, pensé. Después de esa primera impresión que nadaba entre la vagancia y el desconcierto, llegó Fidel y tras él muchas páginas escritas sobre lo que pasa en las calles, en los ayuntamientos, en las caleyas, en los colegios, en los teatros o en los despachos de los cinco concejos que forman la Cuenca del Nalón. Tengo un trabajo que me hace recorrer, a diario, esos cinco municipios. Tengo un trabajo que me enseña cada día a las gentes, los paisajes, los proyectos, los llantos, las denuncias, las fiestas y los rincones de esta tierra nuestra que desprende muchos colores pero que sobretodo es negra y es verde. Tengo un gran trabajo. ¡Gracias por estos ocho años de La Cuenca del Nalón!

23 de septiembre de 2013

Whatsapp desbocados y otros septiembres



Grupo de familia, grupo de familia más cercana; grupo de amigos, grupo de amigos para hablar de los no tan amigos, grupo de compañeros de trabajo, grupo reducido de compañeros de trabajo para rajar de los jefes y así un largo etcétera.
Señoras y señores: El tema “Grupos de Whatsapp” se nos ha ido de las manos definitivamente. Cuando encaras la recta final de septiembre y te encuentras formando parte de una conversación titulada “Fiesta de Nochevieja 2012” o “Amigo invisible Navidad 2012 ” es que algo, raro, está pasando. Y cuando abres el grupo y encima ves que tienes 123 mensajes sin leer aún se pone la cosa peor. Tú pasas, y dices que no vas a leer esos 123 mensajes porque te da una pereza que te mueres. Pero resulta que en esa línea de mensajes que tu no lees -por pereza- tu mejor amiga dice que se va a separar y tu hermano que va a ser padre. En estos momentos de la vida, las cosas importantes se dicen por Whatsapp porque es gratis y no anda el asunto económico como para andar gastando en establecimiento de llamada y en minutos y minutos de explicaciones telefónicas mientras las empresas del ramo hacen su agosto (¡Y ya no es agosto!).
¡Ay el verano! ¿Recordáis cuando el verano parecía un mundo? Llegaba septiembre, la gente volvía a su rutina de urbes enormes y los que nos quedábamos echábamos la vista atrás y pensábamos que julio era en realidad de otro siglo. ¡Habían pasado tantas cosas!. Decíamos hace unos meses que el verano es relativo, que venía cuando menos lo esperabas. Todo lo contrario que el otoño porque un día te levantas y hace más frío de lo normal y ya tomar el sol o ir a la playa en un día de asueto es una opción, no una obligación; y encima tu madre ha aprendido a cambiar el nombre a los grupos de Whatsapp y al grupo “Familia verano” le ha puesto el título de “Vuelta al Cole”.

30 de julio de 2013

Publicidad "sublipapal"


Suena el teléfono. Es mi amiga Cleta (que le debe su nombre a una hermana mayor amante de los libros de Teo y algo cabrona, a mi humilde entender). Cleta no dice ni hola, ella es así:
-"El Papa es muy listo, tia" -me deja la frase en el aire.
-¿Belarmino?, ¡No me digas que tu padre sacó la carrera antes que tú, tía, que te mato!".
-¿Pero qué dices de Belarmino ni de Belarmina, faltosa? El Papa de Roma que es listísimo. ¿Viste lo que dice ahora de los homosexuales? Que si ellos buscan a dios que él no es nadie para juzgarlos. ¡Tócateloscojones!. ¡Ahora!. Cada vez tengo más claro que esto es una conspiración...
-¿Judeo-masónica-comunista-internacional?
-No, una conspiración de la Coca-Cola. Mira, está más claro que el agua. Al Papa Francisco no lo pusieron los cardenales de Roma. Lo puso la Coca Cola. Es más, creo que en cualquier momento va a empezar a dar homilías papales diciendo que el catolicismo es "para los altos, para los bajos, para los negros, para los blancos, para los gayers" y un largo etcétera de "paras" y se quedará más ancho que largo.
-¡Estás como una cabra!.
-No, como una cabra no. ¿Te acuerdas de aquel novio argentino que me eché cuando curré en Port Aventura?
-¡Para no acordarse! ¡Te teñiste el pelo de verde porque te dijo que eras su musa "llegada del norte y nacida entre árboles!" (risas)
-¡Qué dañina eres!
-¿Fue así o no fue así?
-Sí, sí...tal cual. Pero lo decía tan de aquella manera que la verdad, chica, en su momento me pareció como lo más normal del mundo. Pero, déjate de rollos, que me lías. Que te digo yo que el Papa este medio argentino medio italiano lo puso la Coca Cola y nos vende la moto de Jesucristo siete veces. ¡Que es muy listo y argentino, tía!
-Bueno, ¿y a tí qué más te dará?
-¡Bah, yo qué sé!...(silencio sepulcral). No si mirándolo así, dar me da exactamente lo mismo, la verdad. En fin...
-Venga anda, que estoy trabajando. Tienes más palique...
-¿Oye?
-¿Quéééé?
-Qué Belarmino aprobó todas en julio, guapa. ¡Toy hundida!

2 de julio de 2013

Apúrala

    De la que te pones a bajar la Faya los Llobos hay dos curvas (bueno, ya sabéis, quien dice dos dice siete millones). El caso es que hay dos curvas en concreto que tienen sendas pintadas fantásticas. A saber: "Apúrala Marcelino" y "Rosana ye temible". No sé quiénes son Marcelino y Rosana pero desde que el otro día leí las dos frases quiero conocerlos. Estoy convencida de que me iban a caer genial los dos, incluso Rosana que por mucho que digan seguro que su carácter no es para tanto.
Con las pintadas que llevan nombre propio soy de involucrarme muy rápidamente. Como García Márquez (ala, ya me vine arriba). Cuenta el escritor colombiano en uno de sus artículos periodísticos la desazón que le entró después de ver, día sí y día también, una declaración de amor pintada en una pared muy cerca de su casa. El artículo es de abril de 1982, se publicó en El País y empieza: "En un largo muro blanco, frente a mi casa de México, amaneció el viernes pasado un letrero enorme: Peggy, dame un beso. Está pintado con un soplete de tinta indeleble, de esos que se usan para la guerra política de las paredes, y se le nota el pulso tenso e intenso de los letreros clandestinos escritos con el alma en un hilo en el sigilo de la madrugada, mientras los cómplices vigilan las esquinas para dar el aviso oportuno". El escrito de García Márquez continuaba disertando sobre la actualidad de aquellos tempranos ochenta y también sobre sexo que, por poco tratado en las cuatro décadas precedentes, era un tema que llamaba la atención a los españoles ochenteros.
En Turón hace años que hay una pintada: "Cualquier díi t´atarazo". Esta declaración de intenciones, que al primer golpe de vista parece escrita en italiano, me tiene hablando sola desde que la vi. Apetece poner una respuesta debajo: "¿Topástelu?".
El artículo de García Márquez acababa suplicándole a Peggy que le diera un beso a su amor anónimo. Yo, por eso de que ya estoy envalentonada, voy a emular al Premio Nobel para decir: "Venga, Marcelino, tío, apurala".

30 de mayo de 2013

Manual de lluvia para subpajarianos.


Viendo que con esta ya van tres las columnas consecutivas que dedicaré al tiempo -como estado meteorológico no como sucesión de segundos-, creo que debería plantearme seriamente la posibilidad de cambiar mi apellido (Castaño) por Maldonado, Montesdeoca o Picazo. Pero antes de iniciar la siempre engorrosa tramitación burocrática, y viendo cómo se está poniendo el panorama en todo el reino español, creo que voy a dedicar mis esfuerzos a enseñar a los mesetarios y/o castellanos, también conocidos como “subpajarianos”, las técnicas, los trucos y los consejos necesarios para soportar lo que parece va a ser el el verano más frío, lluvioso y, en resumen, NO verano de los últimos dos siglos, menos tres años (en concreto).
Nada de tomarnos las cosas a la tremenda y decir que la lluvia va a provocar una caída del número de turistas en Asturias. Pesimismo fuera. Lo que hay que hacer es coger la borrasca por el mango y sacarle réditos. Tú me das agua, yo te doy negocio. ¿Qué los políticos te dicen que diversifiques y llenándose la boca con tonillo interesante te espetan que “aúnes sinergias” con tu entorno?. Pues tú vas y te montas un campamento en cualquier pueblín con título sugerente y que toque cualquier palo de las ciencias sociales o naturales: “El chubasquero. Póntelo, pónselo”, “El uso de paraguas, costumbres, peligros e historia”, “Las katiuskas, cómo evitar que te cueza el pie en 10 horas” o “El anorak en verano. De la opción a la obligación”.
A ver. Son ideas, después ya se pueden ir desarrollando e incluso montar el tema por niveles de formación o entendimiento. Además de a personas físicas, humanas e individuales también se pueden desarrollar iniciativas para familias -“563 maneras de sobrevivir en el mismo techo con hijos y padres en edades complicadas”-, empresas - “Cómo convertir el aire acondicionado en una mesita auxiliar en tan solo tres pasos”-, perros - “El barro, no abuses de él que es peor”, o Ayuntamientos - “Alcantarillas: su desatasque, tú futuro”.
Son conocimientos que los asturianos tenemos muy avanzados. La muchachada actual diría que somos “nivel PRO”. Nuestra naturaleza generosa y arrogante debería llevarnos a compartirlo. Yo ahí lo dejo.

12 de mayo de 2013

La primavera NO es relativa



A estas alturas de Mayo (17:20 horas del día 1) estamos a un cuarto de hora de superar a Mesopotamia en tema diluvio universal. Hace un artículo (y poco más de un mes) que decía yo, inocente de mí, en las páginas de este periódico cuenquil de mis entretelas, que la primavera es algo relativo porque no llega cuando marca el calendario sino cuando le da la gana. ¡Mentira!. La primavera no es relativa, la primavera no existe. La primavera son los padres.
Cuando estudiaba en Madrid a la gente de aquellos lares, subpajarianos en su mayoría, le hacía gracia la preocupación que los astures teníamos siempre por el tiempo. "Vamos a ir de fiesta a tal sitio", nos decían. Y nosotros replicábamos: "¿Y si llueve?". O poníamos cara de interesantes mirando por los ventanales de la facultad de cemento armado donde tuvimos a bien pasar nuestra juventud y preguntábamos: "¿Qué tiempo hará el fin de semana?". Ambas cuestiones eran respondidas con la misma cara de incredulidad y/o hastío por la parte subpajariana: "Anda, ¡qué cosas tienes!. ¡Qué tiempo quieres que haga si es mayo!". "Ay, pues yo que sé, que llueva, o que haga frío o ambas cosas a la vez. Si mayo es de llover, ¿no?". Y con la tontería te pasabas los tres primeros cursos de tu vida universitaria madrileña cargando con una chaqueta por las noches por si refrescaba y el refresco no llegaba nunca.
Juro por lo más solenme y sagrado de la vida en plan abuela dramática que miro atrás y no recuerdo un solo día de aquellos cinco años que me lloviera en la capital del reino. ¡Ojo!. Que yo soy mucho de elegir con qué recuerdos me quedo y cuales relego a lo más profundo de mi memoria.
Lo malo de la memoria selectiva es que a lo que le guardas inquina, y con el paso del tiempo sigue ahí erre que erre carcomiéndote las entrañas (y sigo en Modo Drama ON), eso no se va ni aunque te lo propongas. Y lo bueno es que le guardas rencor a pocas cosas lo que, quieras que no, te hace la vida más divertida porque no vas soltando la bilis por ahí como hacen algunos que parece que se pasan todo el día ñeñeñeñé (onomatopeya que se lee con cara de mala leche, que en asturiano significa "magañar" y que en castellano no sabría decir pero yo creo que se entiende de sobra).
PD: Con el ojo que tengo saldrán publicadas estas líneas y no lloverá en tres meses. ¿Os jugáis algo?

19 de abril de 2013

¡Un año sin La Voz! y sin mucho más...


Llevo varios días pensando en qué poner para conmemorar el primer aniversario del cierre de "La Voz de Asturias"...
Sólo me salen cosas escritas con muy mala hostia. Y esto se debe fundamentalmente al abandono, cuando no humillación, al que desde aquel 19 de abril de 2012 hemos sido sometidos los trabajadores del diario en general y los autónomos en particular (a los "freelance" además de la dignidad y la verdad por parte de los dirigentes del diario y el grupo que los sustenta se nos deben los salarios de los meses de febrero, marzo y abril que trabajamos como los que más). Y sí, se llevó a juicio y se ganó...seguimos esperando.

Pero "La Voz de Asturias" no se merece que sólo la recuerde así. Para mi fue un periódico libre y digno, que siempre estuvo a la vanguardia de los diarios asturianos en cuanto a diseño y maquetación, y que, sobretodo, me dio la oportunidad de tratar a gente maravillosa que hoy considero amigos. No quiero olvidarme de nadie y la lista es muy larga pero me vais a permitir la licencia de que estas palabras con un fuerte abrazo (igual que el que recogió en una foto Eloy Alonso, hace hoy -19/04/2013- un año) vayan para la mi Susana Díaz Machargo que ta dando guerra por la Pérfida Albión y que ye la mejorísima.

12 de abril de 2013

Las sobras


-Perdona una cosa... ¿Por qué metes en bolsas la fruta antes de tirarla al contenedor? -preguntó un tipo vestido con corbata.
-Para que no ensucie el cubo que después huele-respondió la frutera sin mirar para él y mientras reponía el estante con manzanas "golden".
El hombre hizo un gesto extraño, como de aceptación del argumento, y se fue. Ella se dio la vuelta hacia mi, que en esos momentos luchaba internamente para intentar recordar el puñetero número de tecla de los melocotones.
-Es mentira. No las meto en bolsas para que no se ensucie el cubo. Las meto en bolsas porque me he dado cuenta de que cuando cerramos vienen varias personas a revolver en los contenedores donde tiramos la fruta pocha, que ni está pocha ni nada, pero no se puede vender. Y estos hijos de puta -aseguró indicando hacia el hombre que ahora parecía reñir a una cajera- no nos dejan que demos la fruta, prefieren destruirla y quemarla antes de que la coja alguien que la necesite...
La mujer se quedó mirando al hombre de la corbata, me echó una sonrisa muy triste, recogió la caja vacía y se perdió entre las cortinas de la trastienda. Ya no pude recordar la tecla de los melocotones, con bolsa y todo los tiré al contenedor y me fui de allí...


(Sucedió en un supermercado Lupa el 6 de abril de 2013 en Peñafiel, provincia de Valladolid)

1 de abril de 2013

Primavera relativa



A las 13:15 horas del día 1 de abril, con un ligero viento del sureste, entró la Primavera en mi casa. Fue una brisa silenciosa pero lo suficientemente fuerte como para que la puerta de la terraza se cerrara de un portazo. Sonó el timbre cuatro minutos después. Era un mensajero, traía un paquete del que yo había conocido la existencia esa misma mañana. Mientras firmaba el albarán divisé cómo del bolso de la camisa del cartero sobresalía una pequeña margarita. Sonreí: "Es primavera", me dijo señalando la flor, y con las mismas se fue.
No abrí el paquete, pero aproveché mi presencia en el medio del pasillo para transportar el tendal desde el salón a a la terraza. Mientras colocaba el armatoste (aún no se ha inventado un módulo de FP para estos temas domésticos) me fijé en la vecina de enfrente, que atendía sus plantas en el balcón. Me miró, la saludé y sonrió: "Es primavera" sentenció mientras colocaba una nueva maceta en el ventanal.
Primavera y vacaciones porque suenan las notas de una flauta infantil en la lejanía, eso significa que no hay cole ni horarios que marquen los límites de los ensayos, y ensayos, y ensayos, y ensayos. Dejo la terraza en el momento exacto. Evito otro portazo. Decidida enfoco la habitación. Es primavera, pues habrá que cambiar el nórdico. Me envalentono sin sentido. ¿Quién nos dice, después de lo andado, que no nevará en abril? Vale más no pensarlo. Es primavera, ha salido el sol y el cambio de hora ha obrado el milagro: los atardeceres se han retrasado, la vida pide más calle y la calle pide más vida.
Y respiras asomada a la ventana y te reafirmas en la idea de que el tiempo es relativo. Ni la Primavera de 2013 llegó "el miércoles 20 de marzo a las 12h 02m hora oficial peninsular" y además el invierno tal parece que llevaba décadas aquí...

27 de febrero de 2013

Mitos


"El mayor enemigo de la verdad no es la mentira sino el mito". Lo escuché en un capítulo de la quinta temporada de la serie El Ala Oeste de la Casa Blanca y, aún postrada a los pies de los guionistas de la serie, quise creer que la frase, tan redonda y tan cierta, había sido dicha en la vida real alguna vez. Así fue. La encontré en un discurso de Kennedy y de ahí al estrellato: Cientos -miles- de artículos escritos o mencionados en internet recogen la sentencia y la hacen suya. ¡Y eso solo en castellano!. Calculo que traduciéndola al inglés se pueda llegar a millones de referencias. Ya no digo nada de si la pasamos al chino. Puede que incluso la hayan inventado ellos porque como decía mi amigo Pedro a la temprana edad de cinco años: "Dios no existe, lo han hecho todo los chinos".
Contra el mito se hace imposible luchar y lejos de lo que pueda parecer tampoco hace falta que pasen décadas para que nazca, crezca, se reproduzca y se establezca en la cabeza de la gente por siempre jamás. Apenas seis horas hicieron falta para que nadie diera por falsa la historia de que en el programa "Sorpresa, sorpresa" habían pillado a una chica "jugando" con un bote de mermelada y su perro mientras Ricky Martin esperaba en el armario (caprichoso destino). Conozco a gente que juró y perjuró que lo había visto con sus propios ojos. La falsedad se convirtió en mito en tan solo una noche y obligó a salir a la palestra al Defensor del Menor, al director del espacio televisivo y a la propia presentadora (Isabel Gemio si no recuerdo mal) para desmentir lo inexistente. Con todo, hay gente que sigue diciendo que "algo hubo" y no intentes bajarlos del carro porque acabarás discutiendo.
No solo los hechos se convierten en mitos falsos. También hay personas que alcanzan esta categoría, que si estuviera fabricada de algún material sería del mismo del que están hechas las cajas negras de los aviones, irrompible. Eso sí, convertirse en un mito -verdadero o falso- en estos tiempos de ira y desfalco ya no sale tan rentable como antes. Ahora todo tiene fecha de caducidad cuasi-inmediata (salvo el pan bimbo que ya no se pone verde nunca). La personas que hoy se convierten en mitos entran directamente en la sección "De los dos telediarios". Es decir: Salen un día en la prensa, como mucho dos, al tercero ya no los recuerdan más que sus amigos del Facebook y al cuarto ni eso. En la mayoría de los casos es mejor así porque tampoco merecían tanto la pena pero...¿y si entre tanta rapidez, inmediatez y prisa nos estuviéramos perdiendo a los buenos?-.

30 de enero de 2013

No es Alepo

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Con mi mano izquierda aparté el toldo blanco que los arqueólogos usaban como puerta de la pequeña carpa que habían montado para exhumar, en silencio y sin la incesante lluvia sobre sus cabezas, los cadáveres de la fosa común de Cabacheros (Aller). Llevaba varios meses escribiendo sobre esos cuerpos huesudos, hablando con familiares de desaparecidos, con expertos, con políticos, con policías, con más familiares... pero nunca había podido ver de cerca los restos de los verdaderos (y trágicos) protagonistas de la historia de este enterramiento pegado (casi debajo) de la carretera del Puerto de San Isidro. Una fosa en la que empezaron buscando los restos de "nueve represaliados" y donde acabaron encontrando un número indeterminado de cuerpos que superó, con mucho, la treintena.
El día que el arqueólogo jefe me dejó entrar en la pequeña carpa era del mes noviembre y hacía mucho frío. Los trabajos estaban a punto de ser suspendidos porque, en cualquier momento, llegaban las nieves y se haría imposible seguir la labor: "Pasa, pero ten cuidado". Di dos pasos decididos dentro del minúsculo recinto para quedar parada frente a un agujero que, como las trincheras de las guerras, se alargaba a mis pies a setenta centímetros de profundidad. Dentro de la franja de tierra trabajaban varios jóvenes con cincel y brocha. Lo hacían despacio, sabiendo que después de setenta años allí aquellos hombres y mujeres (y menores de edad) no tenían prisa ninguna por salir. Trabajaban despacio pero a un ritmo constante, como el de las agujas del reloj, porque también sabían que los que no podían esperar mucho más eran algunos de los que estaban fuera aguardando el resultado. Y se oían, desde dentro, frases sueltas: "Tengo cerca de noventa años. Antes de morir necesito saber si alguno de ellos es mi hermano".
Así que allí estaba yo. Creyéndome curtida en fosas comúnes y sin poder separar la vista de los cuerpos apilados, de los craneos, de los húmeros, de las tibias, de las manos, eran decenas... "Mira, esto es una cuña de una madreña, y también hemos encontrados botones, y hebillas de cinturón y hasta una cuchara. El que la tenía en el bolsillo creyó que la iba a necesitar en la cárcel pero no...", me dice uno de los chavales. Y sigo observando incrédula. No es Ruanda, no son los Balcanes, no es Ciudad Juárez, no es Alepo. Es Felechosa, es la carretera por la que, en los días de invierno desde hace décadas, circulan miles de esquiadores camino de San Isidro. Es aquí al lado nuestro y esos huesos embarrados y amontonados pertenecen a personas que fueron consideradas "basura" durante más de setenta años (cuarenta de dictadura y treinta de democracia). Porque en ese tiempo nadie quiso, o nadie pudo, devolverles la dignidad y sacarlos de una cuneta. Hasta ahora. La Asociación de Memoria Histórica de Aller dará sepultura a los cuerpos de Cabacheros el día 2 de febrero en el cementerio de Moreda.
No debería ser (aunque lo sea) una cuestión de ideario político. Cae de cajón. A ningún ser humano se le puede negar el respeto por tanto tiempo. No es política. Es dignidad.