29 de junio de 2011

Si yo fuera


Tres de cada cuatro veces que voy a coger el ascensor me lo quita el vecino de abajo.
Si yo fuera Zapatero diría: "No pasa nada. Hay que ser optimistas. Hay que confiar en que el ascensor volverá a subir algún día. Además, no podemos olvidar que se puede estar peor, mira a los del portal de al lado, que llevan con el ascensor estropeado desde hace más de un año y no hay manera de que entre todos se aclaren con la derrama".
Si fuera Rajoy diría: "Esto es claramente una conjuración del vecino de abajo contra la democracia ascensoril. Como no se ponga freno pronto a la situación va a montarse un berenjenal de padre y muy señor mío. Exigimos de inmediato la dimisión del presidente de la Comunidad que no ha sabido acabar con este uso abusivo de los bienes comunes por parte de la vecina de abajo".
Si yo fuera Cayo Lara diría: "Si la ley del portal fuera justa y equitativa todos podríamos hacer un uso cívico del ascensor. El vecino de abajo, causante único e indiscutible de la crisis, debería sufrir las consecuencias más funestas ya que él y solo él, con la connivencia del presidente de la comunidad, es el responsable directo de la situación que, como siempre, pagan los más débiles, osease los del ático".
Si yo fuera Cascos diría: "En palabras de Jovellanos . Propongo un pacto a ocho bandas, tantas como puertas tiene nuestro edificio patrio, para crear una fundación que regule el uso futuro del ascensor. Eso sí, Pilar y Lorenzo, los del Primero, tienen que renunciar de antemano al uso del susodicho ascensor".
Pero yo, como soy una indignada, lo que he hecho es acampar en el ascensor. Así ya nadie me lo puede quitar.