28 de agosto de 2006

(Peligro: autobombo) Cumpleaños en Sairutsa


Tal día como hoy hace veintiseis años, Flora daba a luz a mi persona. Castaño llegó al Hospital y se encontró con una nena de orejas "p´alante" que se chupaba el dedo (con el tiempo descubrí que lo mío era chupar: balones, piruletas... y un amplio espectro de cosas que no tengo por qué relataros). He aquí una imagen de aquellos primeros tiempos de Sairutsa. Ese sofá de flores, esos zapaticos, esos leotardos, esos pañales que te dejaban el culo a veinte centímetros del suelo cuando caías...¡Qué tiempos aquellos, oyes!

18 de agosto de 2006

La Virgen del Carbayu y yo



Me llaman de la Sociedad de Festejos de la Virgen del Carbayu. Me dicen: «¿Cómo no nos escribes algo para el porfolio?» (Para los foráneos: el porfolio viene a ser un documento más bien rancio y friki en el que se recogen fotografías pixeladas cuando no borrosas o mal cortadas (veáse la que ilustra estas líneas) y la gente escribe poesías del tipo "Virgen del Carbayu, Virgen del Carbayu, cuando te veo me pongo babayu...". El libro, como no, es leído con dedicación y alevosía por los abuelos y abuelas de Langreo). Total, que dije sí, y escribí una reseña titulada «La Virgen del Carbayu y yo». No la expongo en estas líneas porque bastante tengo yo con lo mío, pero desde aquí os lo digo, de este primer paso que he dado a escribir una poesía como la anteriormente citada hay una delgada línea. Creo que necesito un poco de modernez para salir de este momento cañí de la cuenca en el que estoy metida desde hace unos años......

¡¡¡VIVA LA VIRGEN DEL CARBAYU!!!

6 de agosto de 2006

Capítulo II: Roma y sus cien mil secretos

Roma es una ciudad que esconde más de lo que muestra. Cargados con un ejemplar reciente del National Geografic -en el que se enumeraban los distintos yacimientos, catacumbas y capillas subterráneas de la gran ciudad- nos dispusimos a recorrer los lugares que recorre todo el mundo, pero también a descubrir algunos de los secretos (a voces) que enumeraba la revista. Así llegamos a la Basílica de San Clemente, situada a unos pasos del Coliseo. El templo es, en realidad, una trinidad de iglesias construídas en diferentes épocas una sobre otra y consagradas a distinto dios (o tal vez era el mismo). En la capilla del medio encontramos un fresco en el que se recoge uno de los primeros testimonios escritos de italiano vulgar: "Traite, fili de la pute" (sic). Así de chungos eran los cristianos de la época en que se hizo la capilla intermedia.
En los tres días que vivimos como romanos, visitamos Plaza de España, discutimos con un tío que se empeñaba en tirar las cervezas, compramos postales, probamos una cerveza con sabor a salmón ahumado, escuchamos alabanzas hacia ZP y la ciudad de Barcelona, confirmamos que los italianos se pirran por las vespas y prefieren conducir a velocidades extremas antes que frenar por un semáforo en rojo; observamos con perplejidad el precio de una chaqueta expuesta en el escaparate de Versace, escuchamos un millón de acentos -algunos imposibles-, bebimos agua de casi todas las fuentes y al final nos compramos un billete con destino al norte que nos dejó en Florencia.
Y si Roma es una ciudad de secretos, Florencia es un muestrario de lo que fuimos (tal vez de lo que seremos) nosotros los que con orgullo indolente nos hacemos llamar ¨ciudadanos de occidente"...

Continuará

3 de agosto de 2006

Capítulo 1: Uno, due, tre...tutti!!!!


La luz de Roma se transforma, a media tarde, en un sol eterno que baña de sombras sus ruinas. Sombras y ruinas se conforman como un todo que te lleva.Y tú, pues te dejas llevar. El calor y el sudor que recorre el cuerpo te confirma que eres humano cuando te sientas en las escaleras de Plaza de España, divisas desde lo alto el barrio del Trastevere o tomas una cerveza junto al Coliseo. Si no fuera por ellos, tal vez soñaras parecerte a las estatuas de deidades que pueblan la gran ciudad. Dos días caminando por sus calles para darte cuenta de que todos los caminos llevan a Roma y todas las almas estamos predestinadas a encontrar en algún rincón romano el secreto de nuestro pasado, de nuestra existencia..