27 de febrero de 2006

Llama-radas

Llamamiento a la calma. Llamada de auxilio. Llamar la atención. Llamar a las cosas por su nombre. ¡Llámale equis!. ¿Te puedo llamar por teléfono?. ¡Llámame!. ¿Por qué le llaman amor cuándo quieren decir sexo?. Entra sin llamar. ¿Para qué llamar caminos/ a los surcos del azar?. ¿Qué haces cuándo alguien te llama y ya sabes lo que te va a decir?. Llamaradas

16 de febrero de 2006

(Cadáver exquisito): Paso fronterizo

En aquel viaje, cruzamos la frontera al atardecer. El paisaje entre los dos países–un puente "tierra de nadie"–ofrecía una vista magentosa del horizonte y de un hombre sentado mirando al cielo infinito. Los militares nos retuvieron más de la cuenta, y cuando dispusimos camino hacia el interior ya era de noche....

14 de febrero de 2006

Nuevas historias de Castilla la Vieja (y III)


Con el lunes madrileño se despertaron las sirenas y los atascos de la gran ciudad. Caminamos Cea Bermúdez abajo hasta la Fundación Jimenez Díaz. Rodeamos el Museo de América, levantamos nuestra mirada ante el inmenso Faro Moncloa, y nos escondimos entre las carpetas estudiantiles de Ciudad Universitaria. Durante mis cinco años en Madrid nunca ví un sol tan maravilloso como el de la Avenida Complutense por las mañanas, en la fresca. A la clínica donde yo trabajaba venía una mujer brasileña: Berta Silche (de la que ya cogí el nombre para varios relatos). Silche solía decirme que cuando pasaba en coche junto a la parada de metro de Ciudad Universitaria tenía la tentación de dejarlo todo, bajarse del coche, y buscar entre los árboles pérdidos de la zona a un antiguo novio de la facultad. «Era muy guapo» me decía mientras comía un poco de pan –siempre comía pan–. No digo que a nosotros nos pasara lo mismo. Pero sí que se intuía en nuestros ademanes una nostalgia sutil, casi diáfana. Nostalgia, morriña o señalda. ¡Vete tú a saber lo que sentí yo al hablar con Pinar y Elena, al ver a los mismos camareros en la cafetería, al recorrer los suelos llenos de papeles de periódicos (caprichoso destino), al confirmar que el mundo cambia en mi ausencia (Como había cambiado todo cuando dejé Madrid y volví) al darme cuenta también que siempre hay algo que permanece, aunque sea un simple rayo de sol mañanero.

13 de febrero de 2006

Nuevas historias de Castilla la Vieja (II)



La segunda jornada en tierras de la Villa y Corte amaneció con una tostada y un café en la calle Cea Bermúdez. Nuestro objetivo era «pasear el Rastro» y redescubrir la idiosincrasia madrileña con un par de cañas (llámale par, llámale quinteto). En el mercadillo más famoso de todos los tiempos no compramos nada. Yo hubiera gastado mis ahorros pero tenía el día estoico y me conformé con un paseo «en blanco» por el barrio viejo-nuevo de Lavapiés. En la taberna Don Antonio descubrimos que los pimientos del padrón unos pican y otros non (la pólvora, vamos) y que en un bar desolado de la Plaza la Cebada puedes quedarte sin espacio para respirar en menos de lo que Juan (el camarero) sirve «cinco cañitas y algo para empujarlas». Después de comer y arreglar parte de nuestro ideario político-social proseguimos con nuestra visita cultureta y entramos en los salones amarillos y grandiosos del Museo del Prado. El Greco, Zurbarán, Velázquez, Goya, Botticceli...Y grandes obras maestras de la historia mundial de la pintura universal, somos así de gallos. Nos quedamos con la visión magnífica del tríptico «El jardín de las delicias» de El Bosco. «Dalí no inventó nada» acerté a oir cerquina de mi oreja izquierda a los cinco minutos, perdida como estaba entre el rimero de dibujinos que el flamenco, en su paranoia, dejó expuestos en el gran cuadro. A mi alrededor, y con la misma mirada deslumbrada unos cuantos holandeses proferían en su idioma susurros indescifrables que debían significar algo así como: «¿qué cojones harán estos españoles con tanto cuadro de Flandes?». Se siente señores nórdicos, España es asín. Nuestros días de gloria histórica condujeron a muchos pueblos a la perdición (veáse capítulo del Descubrimiento de América en términos indígenas). Pero la perdición de esa gloria supuso para la nación española los mayores éxitos artísticos de la Edad Moderna. Algo bueno tendría que haber. Tres horas en «la mejor pinacoteca del mundo» nos llevó a otra suerte de museo no menos importante: el de las personas que admiramos. Una conversación fluída en la que, al final, lo importante no son las palabras sino los sentimientos que te sobrevienen al pensar en ellas; y un poco de cava con limón, se conformaron como los complementos perfectos para una última visión nocturna de la Gran Vía. Y a dormir que mañana es otro día.

9 de febrero de 2006

Nuevas historias de Castilla la Vieja (I)


Castilla se abrió ante nuestros ojos como el campo grande y colorido que es. El hielo que había caído aquella noche, le daba al paisaje un halo diáfano de misterio y luz. El Alsa, esa empresa del transporte mundial que tanto nos ha dado a los estudiantes asturianos que vivimos nuestros días de vino y gloria (o no) en la Villa y Corte, siempre te ofrece un camino castellano lleno de imágenes sorprendentes donde el ser humano, o sus fragonetas (un guiño para la cheli), son los protagonistas. Madrid nos esperó, como siempre, más al sur. Allí siguen las mismas caras y también muchas ausencias (sobretodo la de Marta, que disfruta como nadie de la sociedad «occidental»). Volví a la capital desde este norte frío y somnoliento, sabiendo que no pisaba territorio extraño y descubrí que las ciudades, al igual que muchas personas, se disfrutan cuando las recorres con los ojos de la experiencia compartida y esperándo que en una esquina, una calle, un atardecer o una caricia, te puedan sorprender. La primera tarde que recorrimos las calles madrileñas se nos hizo de noche en el círculo de Bellas Artes. Allí, disfrutamos de una suerte de exposiciones artísticas que nos llevaron desde la Caracas urbana y conflictiva del «23 de enero» ; hasta las profundidades de una naturaleza que nunca nos dejará de sorprender, pasándo por el desorden del orden de Joâo Tabarra y las Latitudes in-actuales del artista visual Jesús Pastor. Con la luminosidad violácea que sólo tiene Madrid, entramos en La Fábrica (www.lafabrica.com). Después, nos tomamos unas cañas, que no sólo de cultura vive la humanidad....

3 de febrero de 2006

Una de cal y otra de arena

Nunca sé si lo bueno es la cal o la arena. Pero como a mí, cuando era chinorri, me gustaba lamer las paredes de cal diré que este producto es el bueno. Vamos pues.
La de cal. Hay en internetes una página que se llama www.pandora.comen la que podéis buscar todas las canciones que querais (sobretodo en inglés). Se pueden escuchar y además el buscador encuentra temas parecidos o relacionados que existen en el universo mundo de la música mundial. Ahí sus lo dejo.
Y la de arena:
Ha cerrado Frikipedia, ese gran caudal de información graciosa. El mensaje de los administradores reza así: «Amigos de la Frikipedia: Nos vemos obligados a cerrar por motivos legales. Pero antes, doy las gracias a (casi) todas las personas anónimas que han colaborado con la web. Probablemente no volvamos a abrir, por lo que, por si acaso, ¡Gracias, y hasta siempre! Los administradores». Snif... (Yo ya echo en falta a Chuk Norris...)

PD: Este fin de semana nos vamos para el sur...

2 de febrero de 2006

El fin de un cautiverio

Tenía dos opciones: acabar con el pokémon más amarillo de la historia o soltarlo. Entonces me llegó el aviso que aparece sobre estas líneas. Es chantaje emocional, lo sé, pero ha podido con mi maldad y lo he dejado salir. Pikachu es libre. La mediación en el conflicto corrió a cargo de García Márquez (muy ducho en este tipo de lides) y de ACNUP (El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Peluches). Lo único de lo que me arrepiento en estos días de cautiverio pikachil es de haberlo dejado tanto tiempo solo en casa, el muy cerdo me ha dejado el parqué perdido...Sniff. Acaba un secuestro y acaba una época en Sairutsa. Tendré que volver al redil porque la maldad me ha hecho engordar ....

1 de febrero de 2006

They all say «I love you pikachu» but....


El adorable Pikachu, el simpático Pikachu, el Pikachu con carita de heidi y rayos por los ojos, el Pikachu Popy (uh uh uh uh), el Pikachu esponjoso y tierno que vosotros defendeis es un chungu de la leche.... Por favor