2 de junio de 2012

Conversaciones

Mantengo la teoría pseudocientífica de que uno de los pocos sectores profesionales de España a los que la crisis se la trae al pairo, y puede que incluso hasta se esté haciendo de oro con ella, es al de los médicos estomatólogos. ¿En qué me baso para lanzar al aire esta teoría? Pues en un estudio empírico que utiliza como fuente de información a mi propio cuerpo y más concretamente a ese ardor de mala leche que regurgito cada vez que a la actualidad de este nuestro país le da por hacer de las suyas. Antes, cuando nadábamos en la abundancia, teníamos que tomar un café para despertar. Ahora no, ahora no hace falta ni encender la cafetera, porque como tengas la radio puesta y justo en ese momento haya un informativo mañanero cantándote las noticias del estado de la nación, es que hasta te tienes que tomar una tila para salir a la calle sin tembladera. Lo único bueno de la coyuntura económica con la que nos ha tocado lidiar, es que el nivel de nuestras conversaciones ha subido bastante. Ahora en vez de estar tomando un culete de sidra con los amigos, parece que participas en el debate de "59 segundos". Que si la prima de riesgo está por las nubes, que si la supresión de los fondos mineros, que si Hollande gana las elecciones y eso significa la reconquista de los partidos de izquierda, que si lo de Bankia se veía venir. Todo temas de nivelazo. ¡Cómo será la cosa que a estas alturas de la vida todavía no hemos mencionado a los 23 convocados por Del Bosque!. La crisis ha conseguido superar el fútbol. A veces hecho de menos el antes, cuando el dinero nos salía por las orejas. Por aquel entonces mi compañera de teclas, Bibiana, me llamaba para contarme informaciones mundanas sin maldad ninguna como que fulanito, "sí, muyer, aquel que iba al instituto que taba tan potentorro. nun se sabe si tien más grande la barriga o la calva". ¡Ains! ¿Eran tonterías?. Sí, eran tonterías, pero la tarde se hacía más entretenida. Ahora Bibi también me llama, después de la tila, pero ya no hablamos de calvicies. ¡Nos están quitando la juventud!. Cabrones.