29 de diciembre de 2010

Cambios


"-En Reyes quiero un telescopio grande para ver qué pasó con Plutón". Tras la rotunda sentencia, la niña me miró con esos ojos de misterio que sólo los críos saben poner y yo, a qué negarlo, me acojoné. Tiré de Google para ver si realmente había pasado algo con Plutón y lo que encontré me desasosegó aún más. Resulta que esta entelequia, que recitábamos al final de la lista de planetas -"Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Santurno, Urano, Neptuno y Plutón", ya no está considerada como tal y ha desaparecido de las cantinelas escolares. Es como si, de repente, España ya no limitara "al norte con los Pirineos que hacen frontera con Francia". ¡Esta crisis está acabando con todo!, que diría un pesimista (llámalo pesimista, llámalo líder de la oposición). El universo ha cambiado tanto que los que hicimos la EGB estamos casi al mismo nivel que los que estudiaron en la Academia de Atenas junto a Platón. Somos unos desfasados. Claro que lo más moderno que veíamos en nuestros libros de texto era la Alemania unificada y ya flipábamos. Ahora ni siquiera tienen libros de texto y encima ni se acuerdan de los duros que costaba un "flash". "¿Cinco duros? ¿Eso cuánto es?", me dice un osado quinceañero el otro día.
Además del dinero y los libros, también han cambiado la tabla periódica y la ortografía del castellano. A las letras "ll" y "ch" les ha pasado como a Plutón, se han ido al limbo de los recuerdos infantiles y allí se quedarán para siempre. Lo de los cambios en la tabla periódica tiene que ver con modificaciones en el peso atómico de diez elementos. Si soy sincera esto me preocupa menos porque lo del peso atómico ni siquiera lo entendí en su día (creo que copié). En fin, que no quiero revolver mucho el tema de la mutación que ha sufrido la sociedad, la ciencia e incluso la gramática, por miedo a que cualquier día nos den la vuelta a sacar el bachiller. Aunque lo mismo mandaba a algún político (llámalo político llámalo presidente del gobierno) a repasar matemáticas para ver si, por fin, los cambios empiezan a ser para mejor. ¡Feliz (y equilibrado) 2011!

David Villa, fin de año again


Una vez más en La Cuenca del Nalón despedimos el año con David Villa. Todo un crack al que sólo le tenemos palabras de agradecimiento por la paciencia y el cariño que siempre nos ha demostrado. Aquí el director (Fidel Fernandez San Miguel ) y servidora después de la sesión fotográfica y justo antes de la -mini-entrevista que podréis disfrutar en el próximo número del periódico. Y hasta aquí me dejan leer.

26 de diciembre de 2010

Feliz (y equilibrado) 2011


Amigos, compañeros, conocidos, familiares y demás entes humanoides cercanos a mi existencia: Ya sólo quedan unos días para finiquitar el 2010. Ha costado más de lo que nos imaginábamos pero hemos podido con él. Así que ya que estamos, vamos a encarar con fuerza el 2011. Con el cuento, ya le vamos cogiendo el tranquillo a esto de las vacas flacas. A poco que le echemos humor al asunto seguro que un día de estos vuelven a engordar. Salud, risas y abrazos.

1 de diciembre de 2010

Jose el del Eloy

A Jose le gustaba sacar la sidra al sol por las mañanas para que estuviera en su mejor punto cuando se tuviera que servir a los parroquianos que no perdonaban un vermú. ¡Cuántas tardes de domingo y noches de verano nos pasamos en el Eloy! (Más otros episodios íntimos que ya os contaré otro día). En 2005 se cerró el Eloy, hoy nos despedimos del alma de esa sidrería de siempre, Jose. ¡Adios chigreru!

(Gracias a María Álvarez que me dotó de información, ya ella sabe)

29 de noviembre de 2010

Viejuna

"¡Míralas, míralas qué minifaldas llevan puestas!. ¿No tendrán frío?". La frase aún no ha salido de tu boca y ya sientes como, si de repente, te volvieras un poco más viejuna y se te cayeran veinte años encima. A estas alturas del año ocurre a menudo. Piensas: "Uno de diciembre ya, madre mía, se me pasó el año volando. Ya están aquí las Navidades" o "¡Madre mía son las seis de la tarde y ya es de noche de todo!" o "¿Qué quieres qué aparato para Reyes? ¡Madre mía es que ya no saben qué inventar!" y, de repente, el incesante y basto universo se te echa encima en forma de arrugas, de canas o de bajones morales. Tendemos a creer que la solución pas por llamar a unos amigos y disfrutar de la noche, que sigue siendo joven. Desde aquí os lo digo. El remedio es peor que la enfermedad porque el grado de peligrosidad e incidencia de la resaca en tu cuerpo ha llegado, en estos momentos de tu vida, a un punto de no retorno que te lleva a otra frase viejuna: "¡Pero si yo antes aguantaba....!"
Total, que a ti te da igual porque, ¡qué narices!, si hasta los expertos dicen que ahora los treinta son los nuevos veinte y entonces es viernes y sales y cenas con sidra, y te tomas un chupito, dos cervezas y, como al final siempre se tercia también te tomas una copa, una. Y es después de todo ello cuando llega la prueba irrefutable de que eres una viejuna porque no recuperas hasta el martes y siempre con la inestimable colaboración del ibuprofeno.
Con todo lo peor no son las consecuencias físicas. Lo peor es cuando, el lunes por la tarde, empiezas a recordar vagamente qué ocurrió a partir de las cuatro de la mañana del viernes anterior y te das cuenta la chapa que le diste a un grupo de jovenzuelas que bailaban despreocupadas y a las que, desde la otra esquina de bar, les gritaste: "¡Tapaos los riñones, que vais a coger enfriamiento!".

28 de octubre de 2010

Noticias frescas


Cuando voy de viaje al extranjero encomiendo dos cosas a familia y amigos. Primera, que me rieguen las plantas y el roble de la terraza. (Sí, tengo un roble en una maceta, es una historia larga y otoñal); y segunda: que me mantengan informada de si ocurre algo importante en este nuestro país. Salvo algún apoyo logístico puntual en cierto viaje excesivamente largo, la verdad es que la flora de este nuestro piso se las ha tenido que apañar sola la mayoría de las ocasiones. A fuerza de sufrir tardes estivales (cuando no semanas) de sequía, sin una regadera solidaria que viniera a calmar la sed, nuestra vegetación, y especialmente el roble, se han convertido en organismos de una especie superior a la media. Al roble no se le caen las hojas desde hace tres otoños. No saben en la NASA todo lo que ocurre en esta nuestra terraza.
En la NASA no, pero cerca, me encontraba hace ahora un año cuando mi progenitora decidió que había ocurrido algo lo suficientemente importante en España como para informarme del hecho. Llevaba seis días sin saber de mi madre, ni ella de mi, cuando me sonó un mensaje en el móvil que procedo a transcribir: "El Sporting empató contra el Madrid. En el Molinón. Besos". Ese es el tipo de mensajes que me gusta recibir cuando estoy en el extranjero. Información de primera mano, de primera plana y a poder ser positiva.
Por eso yo, cuando tengo algún amigo o familiar de viaje también aporto mi granito de arena al desconocimiento que tiene el viajero de lo que ocurre en esta nuestra madre patria porque está fuera de ella. Los últimos sms que envié fuera de las fronteras españolas datan de hace tan solo unas horas y decían así: "ZP nombró ministra de Asuntos Exteriores a Trini. Ten cuidao" y "El Alcalde de Valladolid llamó morritos a Pajín (q x cierto ye ministra de Sanidad). Ten cuidao". Ya sé, ya. De mano parece que estar de retiro espiritual en Nepal y recibir semejante información daña el karma. Pero nada más lejos de la realidad. Mi amiga, la receptora de los susodichos mensajes, me confesó que gracias a ellos se convirtió, por una mañana, en la reina de la información en tierras nepalíes, una especie de Ana Rosa Quintana del sentimiento "ommm" que, por ciento, me respondió con otro sms que decía: "Gracias, pero ¿cómo quedó el Sporting?".

30 de septiembre de 2010

Maestros


Veinte años después sigo creyendo que Don Antonio, mi maestro entre tercero y quinto de Primaria, es la persona con la que he coincidido en la vida que más sabe de todo el Universo. Como después de que él me diera clase cambié de colegio y nunca más volví a verlo, tampoco me dio tiempo a que se me cayera el mito. Lo tengo en mi propio pedestal ochentero junto con "Verano Azul" y los bocadillos de chorizo de mis respectivas güelas.
A él fue al primero que le oí hablar de los grandes pintores y escritores. Era un auténtico fanático de Dalí y de Velázquez; y le encantaba "El Quijote" y la geografía -- "..el Miño nace en Fuente Miña, provincia de Lugo, pasa por Lugo, Orense y Tuy y desemboca en La Guardia. Su afluente más importante es el Sil por la izquierda"--. Don Antonio tenía una letra preciosa y una libreta roja (tal vez negra) en la que guardaba operaciones matemáticas de todo signo que, de cuando en vez, nos dictaba. Por no hablar de su puntería. Escondía en el primer cajón de su mesa grande y verde una goma de borrar del tamaño de Wisconsin que al mínimo despiste acababa encañonada en tu frente. Nunca llegó a lanzármela a mi pero sí pude asistir al magnifico ritual de ver como algún compañero hacía esfuerzos inútiles por esquivar el misil que se movía como el balón "jabulani". Imposible.
Don Antonio Gallardo Otero --que así firmaba las notas-- era de Vivero (Lugo) y, pese a que llevaba décadas en El Entrego, ejercía un galleguismo tal que, de ser en la actualidad, lo hubieran tachado de fundamentalista: "El río Eo no tiene ni una gota, ni una gota de agua asturiana", solía repetirnos. Yo le creía entonces y, por si acaso, le sigo creyendo ahora. Era el mejor maestro. Debió jubilarse al poco de darnos clase, porque ya era bastante mayor, o al menos a mi me lo parecía.
No sé qué será de Don Antonio pero al ver que hoy (30 de septiembre) era el Día del Maestro me acordé de él y de tantos otros que me enseñaron las primeras cosas que supe en la vida. A todos ellos: Muchas gracias.

31 de agosto de 2010

Curro de Verano

En verano esto de estar en el mercado laboral no lo llevo con calma. Como fui la última en llegar al curro, también soy la última en elegir fecha para irme de vacaciones. Consecuencia: No las tengo hasta finales de septiembre. ¡Ay, mujer, pero de qué te quejas, si está todo más barato!. Si, efectivamente, está todo más barato y más arrasado. Vete tú, a finales de septiembre, a pedirle al camarero que te sirva el pescaíto frito con una sonrisa. El susodicho camarero tiene unas ganas de encarar noviembre que no ve, porque hace semanas que tiene pesadillas con niños sedientos, padres histéricos y adolescentes hormonados que aún no han acabado la ESO y porque él es el que realmente está frito. Muestro mi más absoluta solidaridad hacia el obrero del sector servicios porque yo también lo fui.
Durante mis veranos de universitaria trabajé en un hotel de turismo rural muy cuco, de estos que le encantan a los madrileños porque tiene de todo: monte, árboles, río, animales y hasta granjero con peto vaquero y camisa de cuadros. A la gente que venía de ciudad les encantaba. Llegaban en coche hasta la misma puerta del hotel como si fueran a encarar una travesía por el Amazonas y/o el Sahara: Pantalones de diez bolsillos, chaleco de diez bolsillos y chirucas. Ése era el uniforme para después pasarse tres de las siete tardes en el hotel durmiendo, otra en Llanes, otra en Potes, otra en la playa y la última en el autobús que sube a los Lagos. Las chirucas volvían impecables a Madrid. Claro que, la verdad, peor era cuando se veían con todo el vestuario encima y querían parecerse a Indiana Jones. Entonces les daba por ir al monte a caminar para, por último, perderse. La historia siempre era la misma: "Vamos a ir a dar un paseíllo por las montañas", decían. A lo que el dueño del hotel respondía: "Está bien, vayan por esa senda, no se desvíen, no coman nada que vean en el suelo, lleven una chaqueta y el teléfono. Los animales son de verdad, es decir, muerden, arañan y bufan. Si tienen cuernos son vacas, no toros de lidia, así que absténganse de hacerse los toreros. Por último, den la vuelta cuando vean que empieza a atardecer". Los excursionistas solían mirar al hotelero con una mezcla de indignación --"¡este se cree que somos tontos!"--y emoción --"¡hay vacas! ¿se dejarán torear?--. No fallaba. Cuatro horas después sonaba el teléfono: "Oye, ¿es el hotel?. Mira soy Isabel, la madrileña de la habitación siete, es que nos hemos perdido porque vimos un camino muy mono y nos desviamos, el niño comió una especie de bayas que se encontró y le sentaron mal, a mi marido le dio un revolcón un toro salvaje y le picó algo cuando cortaba unas ramas para hacer una cabaña salvadora porque nos olvidamos las chaquetas y la verdad, ya es de noche del todo, hace frío. ¿Qué hacemos?. ¡Ah! y respóndeme rápido que se me está acabando la batería".

29 de julio de 2010

Lugares

Nunca pensé que pudiera existir alguien natural de Pernanbuco. Lo digo en serio. Yo oía a las viejas decir "está en Pernanbuco" y pensaba que se lo habían inventado y que como sonaba tan bien, pues que lo repetían. Lo mismo me pasaba con Úbeda (irse por los cerros de...) y Pinto y Valdemoro (estar entre...) . Más tarde fui conociendo mundo y me di cuenta de que los lugares no sólo existen sino que además hay gente que nace en ellos y es maravillosa. Vaudí es un músico brasileño que nació en Pernanbuco. En las últimas fiestas de Santiago en Sama vino al Rincón Cubano de Les Filanderes a tocar con su grupo "Bossa Nossa". De paso, con su voz suave y su perenne sonrisa consiguió hacernos la noche del viernes festivo más melódica, menos triste. A mi me encanta Vaudí, y me encanta porque ni siquiera dejó de sonreir cuando me acerqué a él para decirle, previa ingesta de un par de mojitos: "Sí, sí, sí...los brasileiros bailáis y cantáis muy bien, pero no tenéis ni puñetera idea de jugar a fútbol".
Una gana un Mundial de Fútbol y se crece frente al mismísimo Pelé. Es lo que tiene. Y ya no digo nada si casi dos semanas después viene un chico natural de Pinto, ahí al ladito de Valdemoro, y se pasa otro Tour por el Arco del Triunfo. Con deciros que tengo las vacaciones pagadas en Cádiz y me apetece anularlas para ir por Europa en plan vacileo os lo digo todo.
Vacaciones. He dicho la palabra prohibida. Me la tengo prohibida en plan eventual, no como lo de los toros en Cataluña. A esta menda le toca pringar hasta finales de septiembre. Currar todos los santos veranos desde hace diez años acaba creando sobre la piel una pátina de misterio blanquecina, como de ver poco el sol tipo Iniesta, que hasta los vecinos me miran mal. Los que nos quedamos aquí tenemos algunos beneficios: Aparcar mejor y no tener que esperar mucho para cenar en cualquier lado son dos claros ejemplos, pero después está el tema ocio musical que puedes disfrutar casi sin moverte de casa. Mi concierto del verano ha sido el de Joaquín Sabina en Gijón. Sé qué muchos estaréis pensando: "¿Joaquín Sabina?, pero si ese tío es tonto, porque bla, bla, bla, bla, bla". Podéis decir lo que os queráis, sois libres. Me trae al pairo lo que penséis. A mi Sabina me gusta desde que tengo uso de razón y no voy a renegar de ello. Me da igual como sea Sabina, no voy a ir a cenar con él, ni siquiera me tiene en su grupo de amigos de Facebook (¿por qué será?). Además, es de Úbeda.

29 de junio de 2010

Donde hay Mundial que se quite lo demás...



Una sabe bien que se está disputando una competición deportiva de altura porque todo el mundo habla del tema con aparente nivel de conocimiento. Fernando Alonso corre una carrera de Fórmula 1 en el circuito de Monza, y muchos, que hace tan solo seis años ni siquiera sabíamos que existía la Fórmula 1, nos vemos en la necesidad imperiosa de opinar sobre lo malos que son los mecánicos de Lotus que no dan una, lo bien que se saltó la "chican" un tal Kúbica o si el fallo de los Toro Rosso estuvo en que eligieron neumáticos blandos en vez de duros. "¡Neumáticos blandos! ¿Pero de qué van?", digo, osada de mi, a voz en grito en el bar de turno cuando, he de confesar, no tengo ni idea de cuál es la diferencia entre ambos y tengo a mi Clio con los mismos desde que Alonso corría en Minardi que ya me dió el toque hasta el tipo de la ITV. Hablar de la Fórmula 1, tal y como yo lo hago, es lo mismo que hablar del tiempo lo que pasa que todo suena como más importante. No es lo mismo encontrarte al vecino en el ascensor y decir: "¡Vaya calorón! que toparte al susodicho vecino y plantarle: "¿A ti paezte normal lo de Hamilton? Home, pasose el "safeticar" por donde yo te diga". No es lo mismo, suena mejor.
Temporada a temporada vamos perfeccionando el vocabulario hasta convertirnos en auténticos cherif del comentario automovilístico. Claro que después te llega un Mundial de Fútbol y que queréis que os diga, yo me olvido de todo lo que va sobre cuatro ruedas. El tema es que tengo que hacer sitio en la cabeza para todo lo que conlleva una Copa del Mundo: los cruces de los equipos, las alineaciones, los días y horarios de los partidos, las cuentas de la liguilla previa, el pelazo rubio de Piqué, los taconazos de Maradona desde el banquillo --entiéndase taconazos como toque de balón no como prenda de vestir--, la cantada del portero inglés, Sara Carbonero y su churri bajo la portería, las vuvuzelas, los octavos, las pifias arbitrales, la selección de Japón, la alineación indebida, los recuerdos, los chistes de que Ghana gana, los triunfos...Y claro, cualquiera se acuerda de que, si no hay Mundial, nos pasamos los domingos viendo coches dar vueltas sin sentido y encima, con neumáticos blandos.

29 de mayo de 2010

¿Engordaste?



-"¿Engordaste algo, eh?"
-"Sí, señora, engordé y usted tiene unas arrugas sospechosas junto a los ojos".
No se puede, porque no se puede, pero cuantas veces te apetece responder de estas trazas cuando se acerca una vecina, conocida o ciudadana de a pie para poner en cuarentena la dieta que, de cuando en vez, tienes a bien seguir en tu cabeza (más que en estómago). Yo tengo preparadas en cartera un par de respuestas que no dejan indiferente a nadie. Depende de como me encuentre digo una u otra. La opción que más me gusta es: "Es que estoy embarazada de cinco meses, pero no le diga nada a mi madre que aún no lo sabe. Es una sorpresa". Quedan con una palidez extrema. A mi madre la tengo advertida, que a más de una le faltó tiempo para tras el "no, no, no, no te preocupes", marcar el teléfono de mi progenitora y chafarme la "exclusiva".
El caso es que el otro día, con la visita de la Princesa de Asturias a El Entrego, me di cuenta que a las señoras en general el tema de la gordura las trae por la calle de la amargura (pareado): "Tas muy guapina Leti, pero tienes que engordar un poco, fía, que tas esmirriaduca, como un xilguerín", "Ay, mio nena, has de comer más, que tas en chasis", "Madre, fia, tas igual que el espíritu de la golosina". Tras media doce más de frases por el estilo, me identifiqué con ella (pero al revés) y decidí solidarizarme con la susodicha Princesa. Que como dice una amiga mía, "son altezas, pero son personas".
Más allá de que forme parte de la realeza o no, que el tema Monarquía ya lo tocaremos en otra columna, lo cierto es que ella es una mujer a la que, como al resto, le debe fastidiar bastante que su peso sea objeto de conversación allá donde vaya. Con el añadido de que, además, forma parte del grupo de gente conocida que sale en los medios de comunicación a menudo, y tiene que aguantar ya no sólo a la vecina de turno sino a buena parte del pueblo español. Yo supongo que pondrá antena tierra y pasará del tema para no cogerse un ardor de estómago. Porque si a mi, una sola señora que afirma ante mi careto que engordé ya me pone de mala leche para toda la semana. No quiero pensar lo que tiene que ser escuchar a hordas de señoras llamarte "xilguerín".

29 de abril de 2010

Somos leyenda



Somos leyenda. Las generaciones que ahora rondamos la treintena somos leyenda. Ésta es la frase que me repito, cual mantra, todos los días cuando me enfrento a la vida moderna. Nosotros estamos en medio de una brecha humana que algún día se estudiará en las Universidades americanas y puede que incluso en algunas de los países nórdicos. Los "más o menos" treintañeros tenemos, por delante, a "nuestros mayores". A ellos, las nuevas tecnologías, los taitantos canales de televisión digital terrestre, los "esemeses" y demás virtualidades les han cogido así un poco como de sorpresa, y les han obligado a ponerse las baterías de litio a punto para no quedarse con cara de Robert de Niro o, lo que es lo mismo, con cara de tener una úlcera gastroduodenal.
Por el otro lado, y puchando, tenemos a la muchachada adolescente que ha nacido con un i-pan debajo del brazo y que ya vienen, de serie, con su disco duro interno cargado de maneras y modos de utilizar cualquier aparato y/o herramienta web que se les ponga por delante. Al menos eso parece, aunque también os digo que la que quedo con cara de Robert De Niro soy yo cuando interacciono con alguno de ellos. Les oigo hablar y tengo miedo; leo sus mensajes, no los entiendo y tengo miedo (porque ya me diréis lo que significa esto: "kba tia, oi n tub na en ksa yege als nef). Finalmente, pienso: "Estos me tienen que pagar a mi la jubilación" y tengo miedo, pero tampoco me obsesiono, que se busquen la vida en el futuro. Pobres. Dan penica porque se han perdido muchas cosas. "Nací en 1996", me dice uno el otro día, y yo grité para mis adentros "¿en mil novecientos noventa y qué?". Y acto seguido le empecé a contar lo felices que fuimos en éste su país con los Juegos Olímpicos de Barcelona; que, por aquel entonces, el mando a distancia era el hermano pequeño de la familia al que mandabas levantarse para ver si, por un azar del destino, había algo entretenido en La 2; y que lo más revolucionario que te podían regalar era un walkman Casio que, a día de hoy, sería considerado armamento pesado y peligroso en cualquier instituto de enseñanza.
Terminé mi discurso con un suspiro y con la mirada melancólica en lontananza. Él puso cara de estar pensando: ¡Y qué yo tenga que pagarle la jubilación a esta!.

29 de marzo de 2010

Diferencias

"Yo no me dí cuenta de que era diferente hasta Tercero de Primaria", explica Samuel con una sonrisa blanca en la que, juraría, hay más dientes de lo normal. Éste joven, y prometedor futbolista "del Atlético", vive en un pueblo de la sierra madrileña desde que sus padres le recogieran en un orfanato haitiano hace ya quince años y seis meses. El día que descubrió que era "diferente" no se le olvida porque "fue muy gracioso". Tras una intensa jornada escolar, Samuel llegó a casa emocionado. En el colegio habían celebrado el Día contra el Racismo y la profesora les explicó que "en el mundo hay personas con distinto color de piel: blancos, negros, más morenos, menos..., pero todos somos iguales". "Como en esta clase, que hay un niño con la piel negra, pero que es igual que los demás, si se porta bien, se le premia, si se porta mal se castiga. ¿Lo entendéis?", les dijo la educadora y todos asintieron. Samuel, encantado, llegó a casa diciendo: "¿Sabes qué, mamá, en clase tenemos un compañero negro?". Almudena, su madre, sonríe al acordarse y asegura: "Pensé...¡a ver cómo le decimos que ése niño negro es él!". El entuerto se resolvió sin problemas y gracias a la mediación de Pedro, el hermano mayor, que le cogió de la mano y le llevó a su habitación para que viera un cartel de Michael Jordan...."es como tú, ¿ves? y tú también serás una estrella de la NBA, Samu", sentenció Pedro.

Pasaron los años y el baloncesto, a decir verdad, nunca atrajo las querencias de aquel niño que un día de marzo de hace siete años descubrió que era "diferente" al resto de sus hermanos y sus compañeros de clase por el color de su piel, pero igual que ellos "por todo lo demás". Eso sí, Samuel reconoce que alguna vez le han intentado ofender utilizando su "diferencia" como insulto. Él "pasa de todo". Aunque al acordarse de "esas chungadas" se pone serio y habla con una claridad que asusta para su adolescencia: "La gente es muy ignorante, me parece tan absurdo juzgar a alguien por el color de su piel que la gente que lo hace me da hasta pena, porque se pierden muchas cosas", señala el chaval mientras muestra una sonrisa y la foto de Jimena, su novia, que también es "diferente" porque "es una empollona que saca notazas".

1 de marzo de 2010

A "Los de La Voz"



Una de las mejores oportunidades que ofrece el ejercicio del periodismo es que permite conocer a personas increíbles. A veces, quien te sorprende es un entrevistado, otras, y juro que puede caber la posibilidad aunque sea muy pequeña, hasta encuentras a algún político comprometido y eficaz que vale la pena. Si bien, para ser sincera, a mí quien más me han sorprendido en estos ocho años de profesión, han sido los compañeros de gremio con los que he tenido que bregar. A ver, y continuemos con la sinceridad, idiotas los hay, como en todos lados. Y a ello añadiríamos que el mundillo periodístico, en concreto, tiene mucho fantasma suelto. Pero por norma general he descubierto colegas con una curiosidad excelsa por las cosas que les rodean, ya sean músicas, imágenes, conflictos o conjuraciones. Con algunos de ellos he aprendido a no dejarme llevar por los prejuicios, a respetar opiniones (sobretodo las de fútbol), a compartir esfuerzos, alabanzas y críticas; a discutir hasta por qué desaparecen los bolígrafos.
Compartir horas de espera, ruedas de prensa, viajes al infinito de las montañas y horas y horas de redacción acaba convirtiendo la presencia de los compañeros en algo tan necesario como satisfactorio.
La injusticia y, ¡como no!, la crisis ha hecho que cuatro colegas de La Voz de Asturias -Isabel, Nacho, Carlos y Sofía- hayan tenido que "abandonar" la casa periodística de las cuencas mineras. La causa de la marcha de estos cuatro compañeros es que el periódico ha sido adquirido por el diario de tirada nacional "Público". El cambio de titularidad de la cabecera asturiana trajo debajo del brazo el despido de la mayoría de la plantilla. La ignominia sobre la que se asentó el proceso de regulación en La Voz de Asturias ha tenido como resultado que decenas de compañeros de profesión con una experiencia y un buen hacer más que probados, se encuentren ahora en la calle, mientras que la pésima gestión de la situación queda impune.
Seguro que Isabel, Nacho, Carlos y Sofía "los de la Voz", no tardan en encontrar otra labor, porque se lo merecen y porque además han demostrado una valentía, eficacia y talento tan grande, que el mundillo no se va a permitir perderlos de vista por mucho tiempo. A ellos cuatro, y a todos los demás "afectados", van estas palabras y un beso.


14 de enero de 2010

URGENTE: Haití necesita AYUDA



Las desgracias se ceban con los que menos tienen.
El operativo humanitario ya está en marcha, y en los países más pobres del mundo, como Haití, sin la ayuda de ONGs y organismos internacionales, generalmente la solución a las catástrofes es muy limitada para gobiernos que tienen serias dificultades para resolver los problemas sociales.

Por eso, Solidaridad Internacional en Haití ha comenzado a evaluar los daños causados por el terremoto de 7,3 grados en la escala Richter, que ha dejado en ruinas la capital, Puerto Príncipe.

Aunque se desconoce el número de víctimas, una ciudad con más de 2 millones de habitantes, es altamente probable que asciendan a miles.

Solidaridad Internacional ha abierto dos cuentas para hacer donaciones que serán destinadas a satisfacer las necesidades de una población devastada, que a si situación de precariedad se le suman las gravísimas consecuencias de la catástrofe.

Las cuentas:

Banco Santander

Titular: Solidaridad Internacional

Cuenta: 0049 0001 54 2210042242

Caja Madrid

Titular: Solidaridad Internacional

Cuenta 2038 1001 37 6000888882

La Cruz Roja Española también ha puesto en marcha un operativo para ayudar a las víctimas, y ha habilitado un número de teléfono para contactarse y ofrecer ayuda: 902 22 22 92.

Otras entidades se suman a la ayuda humanitaria, y la organización Intermón Oxfam, que trabaja en 46 países, habilita sus números de cuenta para colaborar.

La Caixa 2100-0765-81-0200111128

Caixa Catalunya 2013-0500-16-0213198878

Caja Madrid 2038-8978-17-6000016604

CAN 2054-0300-56-9157938948

Santander 0049-1806-91-2111869471

BBVA 0182-6035-49-0201502475

Banc Sabadell-Atlántico 0081-7011-11-0001698879

Triodos Bank 1491-0001-21-0010010201

Cáritas
ha habilitado un teléfono de donaciones, el 902 33 99 99. Además, dispone de las siguientes cuentas bancarias:

Santander 0049-1892-64-2110527931

BBVA 0182-2000-21-0201509050

La Caixa 2100-2208-39-0200227099

Banesto 0030-1001-38-0007698271

Caja Madrid 2038-1028-15-6000969697

Banco Popular 0075-0001-81-0606839307

Sabadell-Atlántico 0081-0216-74-0001306932

C.E.C.A 2000-0002-20-9100382307

Bancaja 2077-1277-10-3100146740

CAM 2090-5513-04-0040370409

Para ayudar a través de Save the Children:

Santander 0049 0001 52 2410019194

La Caixa 2100 1727 12 0200032834

BBVA 0182-5502-58-0010020207

Caja Madrid 2038 1004 71 6800009930

Teléfono 902 013 224

Las redes sociales están difundiendo también estos datos. De esta manera, los usuarios más activos de Facebook y Twitter tienen la posibilidad de difundir estos datos y de utilizar la facilidad de la transferencia electrónica que casi todos los bancos ofrecen a sus clientes en Internet.

11 de enero de 2010

¿Enfriamiento global?



Les xelaes no lu dejen marchar, aquí ta desde fae unos días. Puse-y de nombre "Siber".