2 de diciembre de 2013

Tu país a juicio

Sótano acabado, espacio abierto, cuarto de lavandería. Son conceptos que los españoles de bien nunca nos habíamos planteado. Han tenido que venir unos canadienses a explicárnoslos. Si a estas alturas del escrito no sabes a lo que me refiero y/o ni siquiera te importa, puedes dejarlo. Si se ha elevado a tu rostro una tímida sonrisa debes continuar porque sabes de lo que hablo y estás tan enganchado como yo a los espacios abiertos y los sótanos acabados. La cosa funciona así. (Y lo explico por si aún resiste alguien de los que no tienen ni idea de lo que hablo): Familia que reside en su hogar y por el motivo que sea (casi siempre falta de espacio) se ven obligados a hacer una reforma. El programa televisivo realiza la obra y a la vez le busca otra casa a la familia para que finalmente elijan si quieren quedarse a residir en su antigua casa o marchar a un emplazamiento nuevo en el que seguir cohabitando. El ejemplo más perfecto de esta tipología de programa se llama “Tu casa a juicio”. ¡Qué guapo todo!. Llamas a dos tíos, una te pone la casa patas arriba y te la adecenta y el otro te busca un nuevo hogar para que decidas. 
Lo fantástico sería poder trasladar esto a todo el país. “Tu país a juicio”.
Que por un lado viene un diseñador y le da un repasín a esta nación otrora llamada España en la que todos –o casi- cohabitamos como conciudadanos con derechos, deberes y ganas de farra. Y por el otro va un agente inmobiliario a buscarnos una alternativa por si lo que realmente queremos es cambiar de aires. Como se lo tenemos que poner fácil vamos a pensar en un requisito que debe cumplir cada uno de ellos para ganarnos para su causa (porque seamos sinceros, a estas alturas de la vida tampoco nos vamos a poner exquisitos con la lista de necesidades llevando tragado todo lo que llevamos). Total que:
-Imprescindible para quedarse en este país: Eliminar las cucarachas (que las hay).
-Imprescindible para marcharse: Que esté en el mismo barrio, que ya tamos hechos al clima.
Yo, de verdad os lo digo, no veo que la solución sea tan complicada.