Ojos que no ven...

La vida depende del color del cristal con que se mira. Yo, en esta circunstancia, mucho no veía, pero lo que me reí.... Aiinnn!!

Las vueltas que da la vida

La vida da muchas vueltas, sino que me lo digan a mi, que de dos meses acá he conocido un paraìso centroamericano, los sinsabores de un huracán que se llevó un par de prejuicios que habitaban en mi mente; y otra clase de placeres que no paso a describir porque en esta bitàcora de mis entretelas tambièn entra mi madre. He decidido dar un giro circunstancial a la pàgina de Sairutsa. No es que Guatemala vaya a desaparecer de estas anotaciones, de hecho creo que nunca se irá, pero mi existencia actual se rige por aconteceres maravillosos que no cuentan con un paisaje envidiable o unos colores indescifrables, pero que tambièn son dignos y maravillosos de compartir....

Dolor de espalda

He aquí la prueba feaciente de que llegó un momento en que servidora ya no pudo cargar más a la espalda.

Guatemala también es realismo mágico (I)

Guatemala, a parte de lluvia, barro y güisquiles, tiene muchas cosas más. Entre ellas, la cachaza de sus habitantes que ya mencioné en comentarios anteriores. Caminábamos, en nuestra parte del viaje pre-Stan, por la carretera que une la ciudad de Chichicastenango con Santa Cruz del Quiché. Carmen Mayayo conducía, Irene, en la parte de atrás y yo de copilota. Ante nosotros y en una de esas curvas tan curvas que los guatemaltecos llaman «ganchos» apareció un camión. En la parte trasera una lista indescifrable de elementos circunstanciales y dos toros. Las reses iban sin atar y los equilibrios que hubieron de realizar para no caerse podrían haber sido objeto de una medalla de oro en los Juegos Olímpicos. Quizás en la categoría de salto de potro, por eso del animalismo solidario.