29 de junio de 2006

Mundiales Contradicciones

El mundo está lleno de contradicciones vanales, absurdas, importantes, legítimas, graciosas, fascinantes e incluso necesarias. Desde la calle, llega a esta parte de la habitación, el sonido melancólico y sempiterno de la lluvia salpicado de una suerte de bocinas que no alcanzo a descifrar. Puede que España haya metido un gol. O puede que, sin saberlo, viva en realidad en un barrio tunecino con sus beduinos y sus bereberes y sean ellos quienes festejen la victoria. Pero no, no creo que en Túnez llueva tanto y tan lentamente como aquí. Al menos no en esta época. Hoy, hace unos minutos, tuve que decidir entre ir a ver un partido de fútbol con unos amigos o venir a casa. Opté, como mis letras demuestran, por lo contrario. Me apetecía tomar un culete con gente amiga, de esa que no todas las semanas tienes la oportunidad de ver y con la que siempre tienes conversaciones alegres. Pero no quería coger el coche, bajo esta lluvia amenazante, llegar allí, oir gritos ensordecedores y festejar las victorias de otros. Lo que os digo, toda una contradición geográfica y personal. Creo que voy a poner algo de música cubana y bailar.

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