7 de abril de 2007

Historias que pudieran ser (I)



Darío nació en Buenos Aires, vive en Campo de Caso desde hace treinta años, le gusta parafrasear a Benjamín Franklin, leer novela histórica y hablar en inglés despacito. Todas las tardes visita el bar que regentan unos compatriotas y cuando las carne a la brasa desprende su inconfundible aroma, cierra los ojos para dejarse llevar por los recuerdos. Darío es astuto y un poco vago, presume de tener la última y correcta palabra para cualquier tipo de conversación y a pesar de que ya lleva más de media vida en el pueblo del que, a mediados del siglo XX, salió su padre rumbo a las colonias de Ultramar, sabe que no se morirá sin volver a ver un partido del Boca «en directo y en La Bombonera, junto a los barra-brava». Él dice que «sabe» que va a volver a Argentina pero que no sueña con ello, porque «como muy bien dice Benjamin Franklin "El que vive de esperanzas corre el riesgo de morirse de hambre"». Hace meses que intenta ahorrar para comprar el billete de avión. «¿Por qué venir acá es tan barato y regresar es casi imposible?», se pregunta y te pregunta siempre que puede. Le está costando bastante conseguir unos euros pero «"quien tiene paciencia, obtendrá lo que desea, como muy bien dice Benjamin Franklin"».

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