3 de septiembre de 2008

Septiembres en Sairutsa

¿Sabéis que es Touriñán y no Finisterre el último confín de Europa?. Y puestos a hablar de finales os contaré una historia. El final del verano en Sairutsa siempre es tiempo de buenas nuevas y grandes mareas. Sus habitantes reciben los últimos coletazos del calor estival con esperanzas renovadas y la luna, que nunca brilla tanto aquí como durante el mes de septiembre, se convierte en un improvisado faro marítimo. Con su luz se pueden ver los infinitos de las montañas, las profundidades de las miradas, los sentimientos de las caricias, y la alameda frondosa del final de la villa que espera impaciente al otoño. Es entonces cuando la soledad que algún día anhelaron los ciudadanos de Sairutsa se vuelve absurda, y las ansias de compartir, de compartirse, trastornan el acontecer de sus días, tal vez de sus vidas. Sueñan con paseos bajo el faro, con atardeceres frescos, en los que, arropados y abrazados, las hojas caducas de los árboles comiencen a crear alfombras de colores. Y sueñan también que un día levantan la palma de la mano y una gota fresca, liviana, convierte septiembre en octubre, y después en diciembre, enero, febrero, marzo, abril......Señoras, señores, amigos todos, en díez días me voy al sur, tal vez Marruecos....

4 comentarios:

Javier López dijo...

Pues si que tienes vena poética, precioso post.
Nací en Ceuta y conozco bastante el norte de África. Espero que vayas bien acompañada!

Mercè dijo...

Ayyy, q bonito!! Yo tampoco conocía esta faceta tuya tan poética. Bueno, ya ves, de vez en cuando me paso por Sairutsa, para ver qué aires se respiran... Más frescos que los de aquí, seguro! ;)

Anónimo dijo...

!que maravilla pasarse por sairutsa! queda una como muy agusto.
Que disfruteis del viaje

Willy dijo...

Ya lo decía la canción:Cuando llegue Septiembre,todo será maravilloso.
Que lo pases muy bien.