12 de mayo de 2013

La primavera NO es relativa



A estas alturas de Mayo (17:20 horas del día 1) estamos a un cuarto de hora de superar a Mesopotamia en tema diluvio universal. Hace un artículo (y poco más de un mes) que decía yo, inocente de mí, en las páginas de este periódico cuenquil de mis entretelas, que la primavera es algo relativo porque no llega cuando marca el calendario sino cuando le da la gana. ¡Mentira!. La primavera no es relativa, la primavera no existe. La primavera son los padres.
Cuando estudiaba en Madrid a la gente de aquellos lares, subpajarianos en su mayoría, le hacía gracia la preocupación que los astures teníamos siempre por el tiempo. "Vamos a ir de fiesta a tal sitio", nos decían. Y nosotros replicábamos: "¿Y si llueve?". O poníamos cara de interesantes mirando por los ventanales de la facultad de cemento armado donde tuvimos a bien pasar nuestra juventud y preguntábamos: "¿Qué tiempo hará el fin de semana?". Ambas cuestiones eran respondidas con la misma cara de incredulidad y/o hastío por la parte subpajariana: "Anda, ¡qué cosas tienes!. ¡Qué tiempo quieres que haga si es mayo!". "Ay, pues yo que sé, que llueva, o que haga frío o ambas cosas a la vez. Si mayo es de llover, ¿no?". Y con la tontería te pasabas los tres primeros cursos de tu vida universitaria madrileña cargando con una chaqueta por las noches por si refrescaba y el refresco no llegaba nunca.
Juro por lo más solenme y sagrado de la vida en plan abuela dramática que miro atrás y no recuerdo un solo día de aquellos cinco años que me lloviera en la capital del reino. ¡Ojo!. Que yo soy mucho de elegir con qué recuerdos me quedo y cuales relego a lo más profundo de mi memoria.
Lo malo de la memoria selectiva es que a lo que le guardas inquina, y con el paso del tiempo sigue ahí erre que erre carcomiéndote las entrañas (y sigo en Modo Drama ON), eso no se va ni aunque te lo propongas. Y lo bueno es que le guardas rencor a pocas cosas lo que, quieras que no, te hace la vida más divertida porque no vas soltando la bilis por ahí como hacen algunos que parece que se pasan todo el día ñeñeñeñé (onomatopeya que se lee con cara de mala leche, que en asturiano significa "magañar" y que en castellano no sabría decir pero yo creo que se entiende de sobra).
PD: Con el ojo que tengo saldrán publicadas estas líneas y no lloverá en tres meses. ¿Os jugáis algo?

1 comentario:

Mónica dijo...

Como era de esperar llovió y ta frío como un cuernu,realmente la primavera cuenquil no existe