4 de octubre de 2008

2.646 kilómetros (I)

Ávila, sus patatas revolconas y la exposición de fotografía sobre las 13 ciudades españolas que son Patrimonio de la Humanidad, fue nuestra primera parada vacacional. El primer puerto de un largo periplo que nos llevó por Huelva, Cádiz, Marruecos, Granada y Madrid. Hemos vuelto con 2.646 kilómetros más en el marcador y con un millar de historias que contaros. Como la de "Foxy" el zorro amaestrado que nos visitaba cada noche en Corterrangel, o Ishaem, un saharaui de origen nómada que bajo el sobrenombre de Antonio nos recibió en su Casa de Huéspedes de Chaouen.
"Un viajero es el que viaja por necesidad", oí decir a un amigo, precisamente el primer día de nuestro itinerario sureño. Pensé mucho en la frase durante todo este tiempo. ¿Será verdad?. Fuera de casa te das cuenta que no todo es tan distinto, ni las personas aunque se oculten detrás de un velo, ni los cielos aunque se empeñen en ponerse detrás de las nubes. Júpiter brilla en el Sur tanto como en cualquier punto del norte y la Osa Mayor sigue siendo lo primero que vemos cuando alzamos la vista en la noche.
Ya os menté a "Foxy". De ojos huidizos y larga cola, ni siquiera se asustó cuando Juan se levantó de su silla para hacerle unas fotos. "Foxy" fue uno de nuestros acompañantes en la Sierra de Aracena, como mi Tío Enrique que nos enseñó una pequeña parte de ese paraíso onubense al que llegó hace casi treinta años, y mi Tía Lola que pinta cuadros junto a una imagen del Niño Jesús del siglo XVI. Dijimos adiós a Huelva para encontrarnos con Marruecos en Tarifa. El atardecer en este pueblo gaditano, nos sirvió para pedir permiso a África y emprender nuestra aventura marroquí. Ésa noche leí en una vieja revista un reportaje de John Carling que hablaba de fútbol y en el que encontré una frase que apunté en mi cuaderno: "Los prejuicios nos cobijan como si fuesen viejos amigos".
En la mañana siguiente a nuestra pernoctación tarifeña recorrimos los veintipocos kilómetros que separan esta localidad de Algeciras, para coger el ferry. A las dos menos veinte de la tarde y con el Estrecho en calma los motores del catamarán comenzaron a rugir. Los acentos se mezclaron allí y nunca dejaron de hacerlo en los siguientes días. Tánger fue nuestra ciudad de bienvenida. La mezcla de sentimientos que deja esta ciudad al viajero es difícil de traducir. Es la puerta de Marruecos, un país excesivo, lleno de colores y calores, de miradas oscuras y bellas, de callejuelas empinadas que te dirigen hacia vistas asombrosas de su medina y sus gentes. Pero es también el caos (multíplicado por cuatro durante estos días de Ramadán), es la certeza de que para comprender tienes que cambiar los códigos vitales que te manejan a diario. La Pensión Palace, donde nos alojamos, no hacía, para nada, honor a su nombre. Con la luz de la mañana llegaron otros aires y cogimos un autobús hacia el Rif, al pueblo de Chaouen. Los turistas y las tiendas de todo invaden las calles de esta pequeña urbe "azul". La noche se hace con las montañas en un ambiente extremadamente diferente al de la gran ciudad. Los niños y las mujeres pasean por las calles, los hombres disfrutan, por primera vez en el día, de la comida y la bebida, de los excesos. Nosotros los miramos intentando entender los porqués del poder de la religión. No de la suya en concreto, sino de todas las religiones. Ishaem (o Antonio) que nos recibe en su Casa de Huéspedes, tampoco sabe explicarnoslo. Él prefiere no discutir ("no problemas, amigo") y vivir bien. Ahorra todo el año para viajar a la India y a Pakistán, que no le gustan mucho pero que le ayudan a no sentirse recluído en las recoletas callejuelas donde vive.
Otro autobús nos llevó de vuelta a Tánger, previo paso y parada en Tetuán. Después fuimos a Granada...pero eso ya os lo contaré otro día.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Ya gastaste aquí (esti comentariu)mas de la mita de les vacaciones, con otru poco que nos cuentes ya no te van a quedar kilometros, y lo peor ye que tampoco te queden vacaciones.
Bienvenidos al Paraiso

Xurde dijo...

Hola Aita, ahora que la lavadora esta en el punto 7 (centrifugado) tengo tiempu pa date la bienvenida al mundo real.
Veo que tus aventuras de otoño han dado mucho de si, también que has sido la única que ha podido descifrar con claridad aplastante la fotografía del "infierno", espero que pronto relates el resto de la superescapada que os pegasteis.
Recuerda que tenéis pendiente otra (con sidra) al reinu de Peón. Besos.

Anónimo dijo...

qe suerte, qe envidia (sana) y qe ganes de sabelo tooo!!!! Besinos!! vuelve soon al periodicu:( my female partner...

Anónimo dijo...

qe suerte, qe envidia (sana) y qe ganes de sabelo tooo!!!! Besinos!! vuelve soon al periodicu:( my female partner...

Anónimo dijo...

Holaaaaa..... hay gente que solo sabe expresarse con la palabra y no siempre bien, luego estan los narradores natos, en ellos te incluyes, bienvenida y mejor hallada.